Bullying, un fenómeno que sigue afectando a niños, niñas y adolescentes del país

De acuerdo con el ICBF, entre enero y septiembre de 2018 se presentaron 18.617 casos de maltrato escolar siendo las niñas las más afectadas.

Según cifras de Medicina Legal, durante el 2018, 156 niños se suicidaron en Colombia por cuenta del bullying, por su parte, la Unicef indicó que 150 millones de personas fueron diagnosticadas con depresión por matoneo escolar. Saber cómo prevenirlo, detectarlo y manejarlo es la clave para que padres y educadores puedan actuar a tiempo y evitar llegar a trágicos desenlaces.

Paola Votto Mainieri, psicóloga del programa Tratémonos Bien del Gimnasio Moderno, comparte lo que pueden hacer los padres para saber si sus hijos están viviendo experiencias de conflictos escolares que sienten que no pueden manejar, para así, comprender cuáles son los indicios que deben tener en cuenta. Adicionalmente, brinda cuatro consejos prácticos para promover las condiciones del buen trato y vida sana en el entorno escolar.

1. Estar muy atentos a cambios de ánimo: Pese a que las variaciones emocionales pueden obedecer al desarrollo que experimentan los niños en la medida en que van creciendo, hay algunos signos que pueden evidenciar que esos cambios no son del todo comunes como tristeza profunda y repentina, miedo y llanto desmedido sin razón alguna. Además de expresar con regularidad una valoración pobre de sí mismos.

2. Cambios de comportamientos: Si existe un cambio de comportamiento brusco hay que tratar de descubrir qué pasa. Por lo general, se empieza a escuchar que los niños no quieren ir al colegio, conciben estar enfermos e imaginan muchas excusas como método para evitar quedarse en casa; otro factor es ver que sienten angustia cuando van a entrar al colegio pese a no tener exámenes, ser nuevos en la institución o tener algún tipo de coyuntura que lo amerite. También puede bajar su desempeño académico.

3. Identificar si su hijo se queja de sentirse solo, desorientado o indefenso: Es una de las señales más importantes, ya que en la mayoría de los casos los niños que están siendo víctimas de matoneo escolar, suelen sentirse excluidos por algún compañero de su salón que aunque puede ser “popular”, tiene pocas habilidades sociales, respeto por la diferencia y control emocional por lo cual usa la burla, comentaros ofensivos y despectivos para comunicarse con otros encontrando desafortunadamente apoyo de su grupo de amigos para esto.

4. Evitar aspectos del colegio que antes disfrutaba mucho: Estos espacios sociales que resultaban ser sus favoritos ahora prefiere evitarlos, siendo un signo de que está perdiendo el entusiasmo de asistir al colegio y sentir que hay situaciones que no puede resolver por sí mismo ya que su autoestima está siendo afectada y empobrecida.

De la misma manera, la especialista brinda cuatro consejos prácticos para que los índices de maltrato escolar no sigan siendo una tendencia en aumento:

1. Fortalecer su carácter: Esta práctica resalta las virtudes de cada persona, generando sensaciones de bienestar, resalta características únicas y genuinas, para que así pueda convertir experiencias dolorosas en una oportunidad para reforzar la resiliencia en los hijos y las familias. Ésta es la capacidad de recoger todo lo bueno de cualquier situación traumática de la vida y a su vez fortalecer la tolerancia a la frustración y a la crisis. Por otro lado, una buena estrategia para empezar a fortalecer el diálogo resulta en preguntarle cada vez que llegue del colegio ¿Cómo se siente? ¿Qué fue lo que más le gustó de su día? ¿A qué jugó con sus amigos? o ¿Cuál fue la conversación más divertida del día? Entre otras. También es muy valioso que los padres compartan sus experiencias.

2. Reforzar lo que lo apasiona y emociona: La educación que los niños y niñas reciben en casa y en el colegio no debe enfocarse únicamente en la parte intelectual; padres y profesores deben ayudarle a entender quién es, cómo puede contribuir, qué lo emociona, qué lo apasiona, qué objetivos y metas propias tiene, y de esta lograr que liberen su potencial y que al mismo tiempo sean felices.

3. Mejorar su inteligencia emocional: Permitir que los niños y niñas experimenten emociones positivas les ayudará a obtener mejores resultados, además de aprender técnicas para regular las emociones negativas como la ira o miedo haciendo una pausa para relajarse por medio de la respiración, visualización de una situación agradable, cantar una canción alegre o momento mindfulness para bajar la intensidad emocional. La clave está en tener una comunicación asertiva presente en todas las familias; de esta manera, ellos aprenderán por el ejemplo a tener inteligencia emocional para tomar mejores decisiones. 

4. Solicitar una reunión con el equipo interdisciplinario del colegio: Ante cualquier duda o sospecha de que algo negativo está pasando en el colegio solicitar una reunión para que, como adultos cuidadores, se diseñe un plan de acompañamiento.

Como colegio y familia podemos enseñarles a los estudiantes a tener acciones más asertivas e identificar comportamientos agresivos para ponerles límites de cómo les gusta, o no, ser tratados y así evitar que la violencia se desarrolle como un círculo vicioso. Si actuamos con firmeza por el conocimiento de sí mismos, desarrollamos empatía, solidaridad y cooperación logrando comprender que la diferencia nos suma, ésta es la base para combatir el fenómeno del bullying” concluye la especialista.