Cada vez más viajeros eligen República Dominicana en busca de experiencias de relajación y bienestar

Desde sesiones de spa y yoga hasta comida sana y actividades físicas en medio de un entorno natural único, el destino número uno del Caribe multiplica las propuestas saludables.

Con un escenario natural privilegiado y un amplio abanico de opciones para todos los gustos y necesidades, que incluye impresionantes spas con tratamientos para atender a todos los sentidos, actividades físicas en contacto con la naturaleza y retiros espirituales de profunda conexión con el ser, República Dominicana es el destino perfecto para descansar el cuerpo y la mente y aumentar el bienestar espiritual y físico.

“En tiempos agitados y cargados de estrés buscamos que el visitante tenga una verdadera experiencia de relajación y descanso, ofertando propuestas genuinas de bienestar corporal, mental y espiritual”, afirmó Magaly Toribio, Asesora de Marketing del Ministerio de Turismo de República Dominicana. “Los distintos rincones de nuestro país poseen una variada gama de encuentros orientados a renovar y sanar el ser en formas especiales que combinan armónicamente naturaleza con tranquilidad”.

Playas y montañas, valles y bosques; República Dominicana ofrece paisajes perfectos para lograr un descanso reparador y renovador a través de actividades en contacto con la naturaleza, como caminatas, cabalgatas o excursionismo.

En Constanza, una de las regiones más frescas del Caribe, el paseo por la ruta que conduce a la Reserva Científica del Ébano Verde, una joya escondida entre las montañas de la Cordillera Central dominicana es revitalizadora. El sendero “Baño de Nubes”, camina a través de un bosque húmedo, de verde y tupida vegetación con nubes a una altura cercana a la vista. Por este sendero se llega al Arroyazo, uno de los balnearios más impactantes de la zona con rápidos y manantiales naturales, de aguas transparentes que reflejan su fondo verde.

Otras opciones incluyen, por ejemplo, hacer una cabalgata hasta el Salto El Limón en Samaná, al norte del país. Esta impresionante cascada de 40 metros de altura termina en una piscina de agua cristalina ideal para un baño relajante. En Santo Domingo, capital ciudad del país, se puede cambiar el ruido de la ciudad por el sonido de los pájaros y el aroma de las flores recorriendo el precioso Jardín Botánico Nacional Dr. Rafael María Moscoso.

República Dominicana ofrece además los espacios más clásicos asociados al bienestar corporal y mental. En diferentes puntos de la isla, especialmente en Punta Cana, los hoteles y resorts se han enfocado en esta tendencia sumando servicios que regalan al turista los mejores mimos al cuerpo y al alma.

Con una decoración esmerada y fabulosas vistas, las áreas de spa están especialmente pensadas para la relajación absoluta. Hay tratamientos y masajes para todos los gustos: desde los típicos descontracturantes, con música zen de fondo, a otros más completos que utilizan técnicas y elementos locales, como tratamientos revitalizantes con bambú, algas marinas, o inspirados en rituales ancestrales de los Taínos, que incluyen una exfoliación de canela y jengibre y masajes con pequeñas bolas calientes, perfumadas con especies del país.

Una buena alimentación y ejercicio físico es clave para gozar de una buena calidad de vida. Sea cual sea el punto del país que se visite, los hoteles ofrecen un menú equilibrado y nutritivo, basado en ingredientes frescos y de estación, muchos de ellos típicos de la gastronomía dominicana. Punta Cana, el destino turístico más reconocido del país, provee muchas opciones para los que optan por dietas especiales, como comida vegana o vegetariana.

A la hora de liberar toxinas y mantener el cuerpo en óptima condiciones, los hoteles cuentan con gimnasios equipados con aparatos de última tecnología y ofrecen rutinas o clases personalizadas con instructores especializados. Para los que les prefieren ponerse en forma en conexión con la naturaleza, existen en muchas ciudades a lo largo del país, gimnasios al aire libre de lo más completos. Eso, sin contar que caminar o hacer running por las playas de agua transparente y arena blanca se torna en una actividad relajante que está al alcance de la mano, todo el tiempo.

La meditación, el yoga o los retiros espirituales son algunos de los caminos que ayudan a acallar la mente de las preocupaciones cotidianas, mantener y recuperar la armonía, el equilibrio y conectarse con el don de estar vivo. En todo el país hay opciones impartidas por instructores y profesionales de la salud.

Los sábados, en el Malecón de Puerto Plata, al norte de la isla, se pueden tomar clases de yoga y pilates, mientras que Santo Domingo cuenta con sitios que ofrecen clases de yoga en sus distintas corrientes y numerosos movimientos, como Osho, The Art of Living o Brahma Kumaris, los cuales cuentan con centros de meditación, clases para combatir el estrés y actividades que motivan a conectarse con uno mismo, como las técnicas de respiración avanzadas y charlas de pensamiento positivo.

Hacer del bienestar un estilo de vida supone disfrutar de esas pequeñas experiencias que la vida nos regala y que llenan el alma y el espíritu. Bañarse en una de las playas vírgenes de Samaná, de aguas transparentes y arena dorada; tomarse un ron al atardecer contemplando la puesta de sol; dejarse llevar bailando merengue en plena Ciudad Colonial de Santo Domingo o saborear uno de los dulces típicos como el jalao, a base de coco y miel, están en la lista de esos placeres invaluables que ofrece República Dominicana.