La economía circular se viste de Moda

La aplicación del modelo de economía circular para rediseñar la industria de la moda y hacer que funcione para las personas y los ecosistemas, ratarán a los profesionales a facilitar materiales y opciones químicas a decisiones de fabricación, modelos de negocios y opciones de los consumidores.

Eso significa poner en marcha un sistema que utilice materiales que sean solidarios con el medio ambiente, que el agua se mantenga limpia, la energía provenga de fuentes renovables y las personas tengan condiciones laborales dignas.

La investigación se realiza a través del Proyecto By Brasil Components, Machinery and Chemicals, llevado a cabo mediante una alianza entre la Asociación Brasileña de Empresas de Componentes para Cuero, Calzado y Manufacturas (Assintecal) y la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Apex-Brasil).

La idea es que las marcas líderes en el sector textil propongan soluciones para satisfacer las cambiantes exigencias y expectativas del consumidor y que a su vez aborde conceptos como el “Slow Fashion”, en el que el consumidor se preocupa por la cadena productiva de la prenda y sus orígenes.

Dentro de este parámetro, Rodrigo Zen, consultor especialista en investigación y desarrollo de productos de moda del proyecto Conexão Inspiramais, comenta “no pasarán más de 10 años para que los clientes pregunten a sus marcas por la sustentabilidad de sus productos. Y es aquí en donde los productos de China no podrán ofrecer una garantía de cómo son hechos”.

Para esta evolución de la moda, se necesita transformar la cadena de suministro que es tradicionalmente lineal, y el cambio en la cultura empresarial que hoy depende de la moda rápida.

Para hacerlo, se debe avanzar mucho en el reconocimiento de dónde está la demanda de los consumidores por mejores productos y servicios y compartir modelos, y así enfocarse en profundizar el conocimiento actual sobre cómo implementar enfoques más circulares.

Abordar estos desafíos requerirá diferentes tipos de soluciones y desarrollar varios compromisos. “Inspirados por la necesidad de repensar los procesos de fabricación y eliminación de materiales y productos, hemos llegado a la conclusión de que los diseñadores son responsables de todo el proceso” comenta Walter Rodrigues, coordinador del Centro de Diseño de Inspiramais.

Así mismo, menciona “La regla principal de este nuevo orden es estar presente. Es participar e interactuar en 360 grados, en todas las interfaces de un producto, como la planificación, la creación y la ejecución de una idea. Al fin y al cabo, el diseño no lo hace todo.”

Al igual, se debe identificar qué incentivos y cambios regulatorios desempeñarán un papel clave para acelerar el cambio a los principios circulares y actuar para influir en el gobierno.

Una transformación necesaria en el paso a la revolución fashionista.