Michoacán de Ocampo, sabores mexicanos para el mundo

Cuna de la cocina tradicional mexicana y destino de vanguardia culinaria. Michoacán se presenta en la Vitrina Turística de Colombia 2020 con una gastronomía que ofrece el aroma intenso de los guisos pausados, el asombro del descubrimiento, la nostalgia de sabores de antaño y la alegría de compartir los mejores momentos de la vida en la mesa. Michoacán se deriva del náhuatl michihuacán que significa “lugar de pescadores”.

El centro histórico de la capital michoacana es patrimonio de la humanidad por la Unesco, pocas ciudades abarcan una arquitectura colonial tan sólida, diversa y bien conservada como Morelia. Recorrer sus  calles es disfrutar de un paseo por la historia del estado de Michoacán. Al recorrer la geografía del estado se está obligado a visitar sus mercados y plazas que muestran todo el esplendor de su gastronomía.

El estado de Michoacan, celebra la vida y  destaca por ser reconocido como el país de la Monarca. Entre noviembre y marzo, millones de mariposas monarca llegan a los santuarios michoacanos, convirtiéndose en el mayor espectáculo de la naturaleza en México. La ruta Don Vasco: Hace 500 años, Don Vasco de Quiroga llegó a Michoacán para construir la Utopía. En los pueblos purépechas que fundó mantienen con orgullo sus tradiciones, mientras la gastronomía y las artesanías de la región reciben reconocimiento mundial. Se pueden seguir los pasos de este humanista visionario en dos fascinantes recorridos por el lago de Pátzcuaro y alrededores y la meseta purépecha.

Si pasa por Michoacán, debe probar los ates y gazpachos de Morelia, las enchiladas placeras y nieves de pasta de Pátzcuaro, la trucha de Uruapan, el churipo con corundas de la Meseta Purépecha, las tortas de tostada de Santa Clara del Cobre, las carnitas de Quiroga y Tacámbaro, los chongos de Zamora, la morisqueta de Tierra Caliente, los mariscos de la costa y las barbacoas y conservas de fruta del País de la Monarca.

Michoacán es el estado de los artesanos, los bailes indígenas y de un pasado ligado a la religiosidad. Todo aquello se mantiene vivo en sus ciudades y pueblos tradicionales que han sabido conservar su música, platillos, festividades, expresiones artísticas y patrimonio natural.