¿Para qué necesito un router si ya tengo un módem?

El router, o enrutador es, en pocas palabras, un amigo inteligente. A diferencia del módem, que solo difunde la señal, el router puede programar y enviar la señal de la mejor forma posible.

Por: Gustavo Calderón, Director de Ventas – Latinoamérica, Productos Belkin, Linksys y Wemo, Belkin International. Inc.

Al paso del tiempo muchos nos hemos preguntado para qué nos sirve un router -o enrutador, en español- si ya tenemos un módem. Como sabemos, al menos desde hace 20-25 años el módem se volvió un indispensable, commodity, en el ambiente doméstico, todos lo tenemos, pero pocos sabemos cómo funciona.

Lo cierto es que las funciones de un módem son más básicas que las de un router. El módem tan sólo se encarga de recibir la señal -por cobre o fibra óptica- que te llega de tu proveedor de telefonía e Internet, y luego la modula y demodula. En otras palabras, el módem interpreta la señal que llega a él y se encarga de distribuirla en un rango de distancia -de alrededor de entre 15 a 20 metros-, la cual varía según la marca y modelos.

Reitero, los módems nos han ofrecido acceso a la súper carretera de la información por la línea telefónica y coaxial desde hace muchos años tanto en versiones internas a la computadora, como externas, en forma de periféricos.

Antes no se podía llamar y navegar a la vez

De hecho, los antiguos módems iban desde 9’6 kbps hasta 56’6 kbps -que son velocidades que hoy nos despiertan una inevitable sonrisa melancólica- y era imposible llamar por teléfono y navegar a la vez, porque empleaba el mismo rango de frecuencias, pero esa situación ya quedó más que superada con la tecnología actual.

Empero, quizá los más jóvenes lectores no lo recuerden, pero los de la Generación X y Generación Baby Boomer sabemos bien que, en otra época, si uno accedía a Internet no se podía hablar por teléfono al mismo tiempo, dado que el acceso era vía telefónica y el módem entonces era una tarjeta dentro de las computadoras personales, de escritorio o portátiles. Esto era así porque al estar conectados directamente a la línea telefónica, los módems de ese entonces utilizaban la misma frecuencia que el teléfono.

Es importante que quede claro, estimado lector: un módem es un dispositivo muy básico, con unas funciones elementales que éste cumple muy bien, pero sin duda, podríamos catalogarlo como un dispositivo tonto, que solo recibe y repite, como lo haría un loro entrenado.

Mi router, un amigo inteligente

El problema surge cuando queremos conectar varios equipos mediante la señal que emite un mismo módem, porque éste es incapaz de gestionar una red de computadoras y/o dispositivos.

Los routers tienen la capacidad de conectar entre sí redes, además de que se aseguran que los paquetes de datos viajen entre unas y otras. Esta capacidad de gestionar paquetes de información, provenientes de distintas fuentes que integran una red, posibilita que con uno de estos equipos sea posible conectar diversas computadoras o equipos a Internet en nuestro hogar, con el fin de que todos en casa disfruten al máximo del ancho de banda disponible.

Como un arma de precisión

De esta manera, los routers se centran en tareas de gestión del tráfico de datos. Por lo regular, el router se conecta directamente al módem y tiene la capacidad de transmitir la señal en un amplio rango a uno o más dispositivos, con lo cual brinda la posibilidad de tener siempre el mayor ancho de banda posible. Es como un arma de precisión. Incluso, ahora que los módems tienen la posibilidad de distribuir la señal en dos canales -2.4 y 5.0, por lo regular-, el router permite aprovechar al máximo esos dos conductos.

Lo anterior es muy útil, porque podemos decidir, por ejemplo, que la pantalla de la sala, donde vemos películas en streaming, ocupe un solo canal, casi de forma exclusiva, con el fin de disfrutar al máximo de nuestras películas. También, es el caso con el hijo adolescente que se la pasa jugando en línea, lo que suele ocupar un gran ancho de banda. El otro canal, por ejemplo, podría ser para los teléfonos, tabletas y alguna impresora.

Aunado a ello, existe un complemento perfecto para el router, que es el repetidor de señal, el cual es otro dispositivo muy útil, que se conecta en lugares donde la señal de Internet no es tan buena; éste puede ser imprescindible cuando hace falta poder distribuir la señal de una mejor forma en ciertas habitaciones del hogar.

Si todavía no tiene un router, ni lo dude

En suma, la gran diferencia entre enrutadores y módems es la capacidad de los primeros para gestionar el tráfico entre redes; el módem, por su parte, se limita a recibir la señal, traducirla y enviarla en el rango preestablecido.

Así que si todavía no tiene un router, ni lo dude. Por lo regular, es muy fácil de instalar y de administrar. Recurra a las marcas de prestigio, que le darán manuales y garantías. Mejor vaya a lo seguro, su familia se lo agradecerá.