Colombia es el país de América Latina que presenta las mejores condiciones para el emprendimiento. Así lo consigna la más reciente edición del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) que realiza el Foro Económico Mundial (FEM) y que se publicó hace unos días, en el cual el país sale ubicado en la posición número 25.
En este panorama, el mercado se prepara para recibir nuevas iniciativas en el campo de las fintech, industria con alta demanda de soluciones disruptivas y que ha llegado a su crecimiento más alto en el mercado. Por tal motivo, ACH, empresa de transacciones financieras y ganadora de diversos premios en innovación y seguridad, brinda en el día internacional del emprendimiento cinco tips de utilidad para quienes incursionan en este sector con nuevas ideas de negocio.
En palabras de Gustavo Vega Villamil, presidente de ACH COLOMBIA “Los clientes esperan soluciones rápidas y que se acomoden a sus dinámicas de vida. Parte del éxito del botón PSE, uno de nuestros productos con mayor impacto, estuvo en saber llegar en un momento crucial para responder una necesidad financiera básica para los colombianos. El mercado premia la practicidad y la escucha activa del cliente. Estamos ansiosos de conocer nuevas miradas y poder colaborar con nuevos talentos.”
La compañía destaca cinco aspectos a tener en cuenta para una persona que empieza su fintech:
1. Reconocer los patrones de consumo generacionales: La segmentación generacional resulta vital a la hora de crear servicios. El valor de los servicios financieros está atado con la idea que tienen las personas sobre la utilidad del dinero, su concepto de bienestar y su percepción sobre el papel que juegan las entidades financieras en sus vidas, las cuales varían de una generación a otra. Cuando se comprenden estos tres aspectos, la creación de valor agregado toma más sentido y los portafolios de servicios pueden ajustarse de manera más adecuada con el segmento al que se dirige una solución.
2. Brindar un servicio intuitivo, accesible y fácil de usar: Menos, es más. Los usuarios esperan plataformas intuitivas, fáciles de usar y con el menor número de pasos para lograr un objetivo deseado. De ahí que el diseño de la experiencia de usuario y la evaluación de rendimiento de plataformas sean mandatorios a la hora de crear una solución efectiva. Asimismo, el servicio debe ser accesible y reconocer las barreras que tienen los clientes a la hora de usar el servicio, lo que puede variar desde la conectividad de la plataforma hasta el lenguaje empleado y las herramientas que garantizan la inclusividad.
3. Acompañar al cliente: La tecnología facilita estar más cerca de los clientes. Es importante brindarles información que les permita conocer las características y condiciones de los servicios, que les permita resolver inquietudes, y si es del caso solucionar problemas. Asimismo, las personas esperan que las aplicaciones interactúen de maneras diversas y espontáneas con ellos de forma tal que ya no se hable de una atención al cliente en el sentido tradicional. Estos recursos hacen parte de la vida diaria de los consumidores y el reto está en comprender la mejor forma de involucrarse en su vida de manera casi que desapercibida. Para ello, es fundamental conocer las expectativas y patrones de comportamiento del público objetivo y sus necesidades. Las herramientas digitales, como la inteligencia artificial, juegan un papel fundamental en este aspecto y garantizan conocer a cada cliente por separado.
4. Pensar en la estabilidad y seguridad: La seguridad es una de las principales preocupaciones de los clientes al utilizar un servicio financiero. Así mismo, los clientes esperan que los servicios funcionen adecuadamente en el momento que los necesitan. Esto implica que la infraestructura tecnológica sea lo suficientemente robusta para que proteja la información de los clientes, funcione permanentemente y atienda los volúmenes transaccionales.
5. Relacionar el ámbito financiero con otras esferas de las personas: Para crear servicios financieros duraderos y llamativos para el público, es importante encontrar la relación de dichos servicios con otras esferas de la vida de una persona. Esto permite encontrar el valor social del servicio prestado y que el cliente vea un portafolio que no se limita a satisfacer una necesidad puntual.