Entre las industrias que más atraviesan recurrentes accidentes debido a las fallas en motores son las industrias de manufactura y tratamiento de aguas.
La tasa de fallos de motores anual típica es de hasta el 7%, por lo que tiene un gran impacto en el tiempo de parada y pérdidas.
Cuando un motor eléctrico trabaja por encima de sus límites de funcionamiento, en el corto o largo plazo, esto conducirá a su destrucción o falla y también a la de los mecanismos que impulsa, un peligro en cualquier situación.
Este tipo de fallas pueden ser de origen eléctrico o mecánico. En Colombia, la mayoría de los accidentes conocidos se dan particularmente en las industrias de bebidas y alimentos, oil & gas, manufactura, tratamiento de aguas e infraestructura, accidentes que al final afectarán tanto la operatividad como la calidad de vida de la sociedad.
Dado que entre el 20 y el 25% de los motores son fundamentales para las operaciones de las distintas industrias, y que la tasa de fallos anual típica es de hasta el 7%, los motores tienen un gran impacto en el tiempo de parada y pérdidas.
Según el primer balance de energía útil para Colombia presentado en el año 2019 por parte de La Unidad de Planeación Minero-Energética UPME, en el caso del consumo de la energía eléctrica para el sector industrial, se identifica una incertidumbre media para el caso del uso de refrigeración, donde los consumos no solo dependen del tamaño y tecnología del equipo, sino que también se ven afectados por variables como: ubicación, manipulación y otros.
Desde el punto de vista técnico, en los motores eléctricos puede darse sobretensión, caída de tensión, desequilibrio o pérdida de fases, que provocan variaciones en la corriente absorbida, también cortocircuitos cuya corriente puede alcanzar niveles de destrucción tanto del motor, como del sistema eléctrico que rodea al mismo. Y desde el punto de vista mecánico, el motor puede tener bloqueo del rotor, sobrecarga momentánea o prolongada que conlleva un aumento de la corriente absorbida y, por lo tanto, su calentamiento.
Adicional, estos incidentes pueden tener otras consecuencias que no son tenidas en cuenta, tales como la seguridad de las personas que están en contacto directo o indirecto con los motores, lo cual desencadenaría una serie de conflictos de talla legal. Para evitar dichos incidentes, es necesario dar a conocer los elementos de protección que deben utilizar contra cortocircuitos y sobrecargas.
Para tal fin empresas en nuestro país como Schneider Electric, han tomado en cuenta cada aspecto y han desarrollado elementos de protección tales como, interruptores de protección sólo magnética o fusibles, y en el caso de la sobrecarga, relés de protección. Sin embargo, estos últimos, están limitados cuando se trata de tener en cuenta los problemas relativos a la tensión, a la temperatura o a aplicaciones particulares. Los nuevos requisitos de gestión de la producción o el mantenimiento han llevado a los fabricantes a proponer soluciones que no solamente garanticen una protección adaptable, sino también una gestión completa de los motores y cargas.
En este sentido, la gestión integral de un motor se convierte en una necesidad para poder tener una coherente política de mantenimiento preventivo e incluso predictivo que conlleve a la optimización de costos siendo utilizados en las aplicaciones industriales exigentes en las que los tiempos de parada se deben evitar al máximo, debido a su elevado coste por parte de industrias: oil & gas, industria química, tratamiento de aguas, metales, minerales y minas, industria farmacéutica, microelectrónica, túneles, aeropuertos, etc.
Cabe resaltar además que, un sistema de control inteligente de motor debería tener sensores de corriente y tensión, una tecnología electrónica híbrida analógica y digital, la utilización de buses de comunicación (como Ethernet, profibus, o modbus) para los intercambios de datos y el control, algoritmos de alto rendimiento de creación de modelos de motores y programas de aplicaciones integradas y parametrizables.
No todo el incremento en la eficiencia energética se basa en un cambio tecnológico, las prácticas en mantenimiento y predicción de diferentes equipos utilizados en el sector, en este caso los motores, juegan un papel en aumentar la eficiencia industrial y reducir consumos de una manera más costo-efectiva.