Ciudades Inteligentes: La importancia de sus capacidades digitales

Por: Diego A Martin – Southern Cone Commercial Manager de Furukawa Electric LatAm.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que en 30 años, el 70% de la población mundial vivirá en grandes ciudades. Esto significa que más de 5 mil millones de personas se agruparán en tan solo el 3% de la superficie habitable de nuestro planeta. La humanidad se encontrará preocupantemente hacinada, y si algo ha enseñado la pandemia de Covid-19, es que la aglomeración de personas y una elevada densidad de población son factores que incrementan el contagio y dificultan los esfuerzos de contención.

Internet durante la pandemia se convirtió en una pieza clave en áreas críticas como el trabajo, la salud y educación. Las redes de comunicación son y serán fundamentales en la transformación digital de las ciudades. Actualmente, según la ONU, el 54% de la población mundial vive en ciudades, así es que frente a esta tendencia demográfica que parece inevitable, una de las soluciones para enfrentar y contener una pandemia futura será el desarrollo de las capacidades digitales de las  ciudades.

En salud, cuando el objetivo es mitigar la propagación de un virus, la telemedicina plantea un nuevo paradigma en lo que respecta a detección, diagnóstico y atención de pacientes. Existe la posibilidad de hacer un seguimiento en tiempo real de los desplazamientos de las personas a través de los smartphones, y así  controlar, por ejemplo, los contactos estrechos y las zonas en cuarentena. Además, el uso de wearables con sensores capaces de monitorear signos vitales como la saturación de oxígeno, las pulsaciones y la temperatura, permite, utilizando herramientas de Machine Learning, suministrar información a una central sanitaria para identificar contagiados y proporcionarles asistencia médica en forma oportuna.

Incluso, se puede dar un paso más hacia la telemedicina preventiva, registrando por ejemplo, hábitos de compra y consumo de alimentos de la sociedad, información ya disponible por cadenas de supermercados gracias a programas de fidelización. De esta forma, el sistema sanitario puede adelantarse y establecer niveles de probabilidad para futuras consultas médicas.

Varias ciudades ya cuentan con miles de cámaras de videovigilancia que observan los movimientos de los transeúntes, pero hace falta procesar esos datos en forma rápida y eficiente. Esta labor en muchos casos aún depende de personas y, por ende, tiene una capacidad limitada. Sin embargo, a partir de la posibilidad de cruzar la información entre diversas bases, que proporcionan datos de residencia, lugar de trabajo, viajes y horarios regulares; es posible determinar patrones de desplazamiento y comportamiento y prevenir situaciones anómalas y ahorrar en tiempos de reacción de cuerpos de prevención, salud y seguridad.

Respecto del transporte público inteligente, los avances en IoT y vehículos autónomos permiten agilizar y hacer más eficientes los desplazamientos en una zona geográfica determinada, así se evitan problemas en las horas pico y disminuyen la aglomeración de personas. Esto también facilita la fiscalización de restricciones de movimiento, y para aquellos que deban movilizarse sí o sí, el mismo dispositivo de transporte reconoce la cantidad de personas permitidas, además de contar con sensores de temperatura para identificar usuarios con probabilidad de estar enfermos.

Los hábitos de movimiento dentro de las ciudades han cambiado: las actividades y tareas diarias ya pueden realizarse desde cualquier lugar. Gracias a la conectividad, el trabajo, la educación, la actividad física y hasta la interacción social son independientes de la ubicación en la que se encuentre la persona.

Por su parte, la teleducación se servirá de la realidad virtual para conservar la experiencia de una clase presencial. Lo demás tendrá que ver con el diseño de metodologías de aprendizaje que aprovechen las características y el potencial de dispositivos tecnológicos más potentes, versátiles, y de conexiones más rápidas y estables.

Sin duda, las Smart Cities son una realidad, y el desafío será procesar grandes cantidades de datos digitales, será importante una sólida, extendida y dinámica red de infraestructura de telecomunicaciones diseñada para soportar las redes 5G y superiores, con eficiencia y estabilidad.