Colombia consolida el uso de las tarjetas como método de pago online

Hoy en Colombia hay 62 millones de tarjetas activas: 47,1 millones son de débito y 14,9 de crédito.

El 52% de los pagos online que se realizan en el país se hacen a través de estas tarjetas.

Las tarjetas de crédito representan el 20% de los pagos presenciales en América Latina.

Según datos de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE) el año pasado las ventas online en Colombia alcanzaron los 62.1 billones de pesos. Dicha cifra, representó un incremento de más del 12% en comparación con el 2022. En términos de métodos de pago, las tarjetas de crédito/débito han sido las favoritas con el 52,8% del total.

En este marco, podría decirse que hoy en Colombia el uso de las tarjetas tanto físicas como virtuales para pagos online se encuentra en auge, ¿pero cómo ha sido la evolución de estas formas de pago a través de nuestra historia?

Las tarjetas de crédito como las conocemos hoy, surgieron en la primera mitad del siglo XX, pero su concepto básico tiene raíces aún más antiguas. La idea de utilizar un instrumento para representar crédito en lugar de dinero en efectivo, se ha ido desarrollando a lo largo de varias décadas.

El histórico de los medios de pago en Colombia

En Colombia, el uso de tarjetas de crédito se introdujo en 1970, cuando el Banco de Bogotá comenzó a operar con la corporación Bank of America. Gradualmente, durante las décadas de los 70 y 80, estos productos fueron ganando popularidad no solo en Estados Unidos, sino que también en otros países, convirtiéndose en un método de pago común. Con la llegada de los años 90,  y con el advenimiento del comercio electrónico, surgió la preocupación por la seguridad de la información financiera en línea, lo que llevó a la implementación de tecnologías como la banda magnética y el chip EMV para mejorar la seguridad de las transacciones y reducir así el riesgo de fraude en internet.

“Las tarjetas nacieron entonces, como una solución innovadora a este problema”, dice Carlos Marín, Country Mánager de Pomelo Colombia, la empresa líder en infraestructura tecnológica de emisión, procesamiento y gestión de pagos con tarjetas en América Latina.

Crecimiento y digitalización de pagos

Luego de dos décadas y tras un fuerte aumento en el uso de las tarjetas de débito y crédito en Colombia, en el año 2000 el número de tarjetas de crédito alcanzó los  1.9 millones. Más de 20 años después, en 2023, llegó a los casi 15 millones. Sin embargo, en este mismo año se observó una reducción de más de 500.000 tarjetas de crédito, muy conectado por el coletazo económico global post-pandemia. A diferencia de lo anterior, las tarjetas de débito, han mantenido históricamente un crecimiento regular, llegando a 47 millones en 2023 y marcando así un aumento del 7% con respecto al año anterior.

En este marco, hoy en día, a pesar de que el efectivo sigue siendo el método de pago preferido por los colombianos, se observa un creciente interés por los pagos digitales. Las transferencias electrónicas, por ejemplo, han pasado del 2.7% en 2019 al 12.6% en 2022. Por su parte, las tarjetas virtuales, tanto de débito como de crédito, también han ido ganando popularidad, ya que ofrecen una forma segura y conveniente de realizar transacciones en línea.

Para Marín, “las tarjetas de crédito y débito virtuales han cambiado la forma en que las personas y las empresas realizan transacciones en línea, ofreciendo una solución segura y conveniente que se adapta a la era digital. Es probable que veamos aún más innovaciones en este espacio, con características mejoradas de seguridad, integraciones más profundas con sistemas de pago móvil y en línea, y una adopción aún mayor a nivel global”.

En la actualidad, las tarjetas de crédito son el medio de pago electrónico líder en América Latina, con un 50% de participación en el comercio electrónico y un 20% en los pagos presenciales. Por ello, se espera que la tendencia hacia la digitalización de las finanzas continúe, y las tarjetas virtuales jueguen un papel crucial en este proceso. En Colombia, los consumidores tienen una amplia gama de opciones de pago, desde comercio electrónico hasta aplicaciones P2P, lo que refleja la evolución del mercado hacia soluciones digitales.