La nueva tecnología Wireless PowerShare de Samsung Electronics le permite usar su Galaxy S10 para cargar smartphones y wearables compatibles[1] sin la necesidad de cables adicionales. Se trata de una forma simple y práctica de mantener sus dispositivos cargados cuando está fuera de casa u oficina.
Según la Planificadora de productos, Jeongmin Moon, el equipo de desarrollo incorporó la tecnología Wireless PowerShare en la línea Galaxy S10 para ofrecer a los usuarios la libertad de pasar el día sin estar atados por cables y cargadores.
«Queríamos resolver el inconveniente de tener que llevar varios cargadores y cables cuando se está fuera de casa o la oficina o de tener que interrumpir las actividades para buscar un café con el fin de cargar su teléfono. Así que se nos ocurrió la idea de convertir al Galaxy S10 en un cargador inalámbrico en sí mismo», explica Moon.
Desde el lanzamiento del Galaxy S6 (el primer dispositivo Galaxy en ofrecer carga inalámbrica), cada vez más smartphones y wearables Samsung han agregado esta tecnología. Yusu Kim indica que esta es otra de las razones por la que la multinacional surcoreana priorizó la incorporación de la tecnología inalámbrica para compartir la batería en la línea Galaxy S10.
Una batería que se convierte en cargador
Un cargador inalámbrico recibe carga de CC (corriente continua) y la convierte en CA (corriente alterna) con la bobina de la batería antes de transmitirla al smartphone receptor. El teléfono luego vuelve a convertir la carga de CA en CC y guarda la energía en la batería. El Galaxy S10 cuenta con un circuito que posibilita esta conversión de dos vías y que, esencialmente, es lo que permite que los teléfonos también sirvan como cargadores inalámbricos.
La lista de dispositivos compatibles con Wireless PowerShare incluye no solo los smartphones, sino también (por primera vez en el sector) wearables1 como el Galaxy Watch y los Galaxy Buds de Samsung. Juhyang Lee manifiesta que el proceso de habilitar la tecnología para funcionar con una gama tan amplia de dispositivos fue una tarea ardua.
«Los tamaños de las baterías de estos dispositivos son diferentes, por lo que la parte más difícil del proceso fue encontrar un punto óptimo para las bobinas receptoras, lo que generaría máxima eficiencia. Por ejemplo, en el smartwatch la bobina era particularmente pequeña, por lo que tardamos en encontrar el enfoque más eficiente. Sin embargo, después de una investigación exhaustiva, logramos producir una solución que cumple con nuestros estrictos estándares de confiabilidad», agrega Lee.
Enfoque más inteligente en la gestión de la batería
Para compartir su carga con otro dispositivo, la batería del Galaxy S10 debe tener suficiente energía de forma que su teléfono funcione con eficiencia: al menos 30 por ciento. Con el fin de ofrecer a los usuarios más libertad para utilizar esta útil función, la línea Galaxy S10 cuenta con tecnología de IA que optimiza el uso de la batería según su uso del teléfono.
[1] Con Wireless PowerShare, puede cargar teléfonos Samsung y con certificación Qi, como el Galaxy S9, S9+, S8, S8+, S8 Active, S7, S7 edge, S7 Active, S6, S6 edge, S6 Active, S6 edge+, Note9, Note8, Note FE, Note5, además de wearables como el Galaxy Watch Active, Gear Sport, Gear S3, Galaxy Watch (46/42 mm) y los Galaxy Buds. Es posible que no funcione con ciertos accesorios, estuches u otros dispositivos de la marca. Wireless PowerShare puede afectar la recepción de llamadas o los servicios de datos, según su entorno de red.
[2] Los usuarios pueden especificar si desean o no que el modo de ahorro de energía adaptable se active automáticamente en la configuración de su Galaxy S10.
[3] Valor típico probado bajo condiciones de laboratorio de terceros. El valor típico es el valor promedio estimado al considerar la desviación en la capacidad de la batería entre las muestras de batería probadas según la norma IEC 61960. La capacidad nominal (mínima) es de 3000 mAh para el Galaxy S10e, 3300 mAh para el Galaxy S10 y 4000 mAh para el Galaxy S10+. La duración real de la batería puede variar según el entorno de red, los patrones de uso y otros factores.