Por: Fabrício Orrigo, director de productos para Agro en TOTVS.
En los últimos años, una serie de innovaciones tecnológicas han transformado varios sectores de la economía. Uno de estos avances es la implementación y evolución de la red 5G en el país, la quinta generación de conectividad móvil. Con velocidades de transmisión de datos extremadamente rápidas, baja latencia y la capacidad de conectar muchos dispositivos simultáneamente, la nueva red móvil trae una serie de beneficios. Y para la agroindustria resulta un importante motor de la economía nacional y, al mismo tiempo, un sector tan carente de conectividad, el impacto del 5G podría ser verdaderamente revolucionario.
Según la investigación “Conectividad Rural América Latina Caribe”, realizada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), se estima que sólo con la activación de las torres de transmisión ya instaladas pero inactivas (10.000 mil) se lograría la conectividad de las zonas rurales al 50% y generaría un crecimiento del 5% en los ingresos del sector.
Hoy en día, a la mayoría de los productores les resulta muy difícil conectarse en zonas remotas, debido a la falta o inestabilidad de la red actual. Esto provoca que el seguimiento de propiedades, el registro de actividades e incluso el control de los empleados se vea comprometido, ya que la información termina registrándose tarde y no en tiempo real. Con la llegada de la red 5G, que debería llegar a localidades alejadas de los grandes núcleos urbanos, este tipo de problemas quedarán resueltos. Con datos obtenidos en tiempo real, la gestión de campo puede volverse mucho más eficiente y asertiva en términos de toma de decisiones.
La alta conectividad y la rápida transmisión de datos de 5G también pueden permitir a las empresas ampliar sus operaciones, mejorar su producción y adoptar mejores estrategias. Un ejemplo es el relacionado con la gestión de recursos, como el agua, la energía, los fertilizantes y los insumos. Con la adopción de dispositivos IoT como sensores y cámaras, facilitada por 5G, es posible que el productor monitoree toda la propiedad y los recursos que se están organizando, haciendo ajustes en el camino, si es necesario, para optimizar costos y recursos.
Con la capacidad de conectar diversos dispositivos y sensores en tiempo real que brinda la nueva generación de redes móviles, también es posible monitorear cada etapa de la producción, desde la siembra hasta la cosecha y la llegada de los productos al consumidor final. Esto facilita la trazabilidad de los alimentos, a través de blockchain, por ejemplo, garantizando su calidad y seguridad. Además, la conectividad 5G también permite la comunicación instantánea entre diferentes eslabones de la cadena de suministro, optimizando el transporte, almacenamiento y distribución de productos agrícolas en cada etapa de la cadena.
Otro beneficio que brinda la quinta generación de internet es la inversión en maquinaria agrícola inteligente y sistemas automatizados por parte de productores que no adoptaron estas tecnologías por falta de conectividad. 5G proporciona una mayor integración y comunicación entre máquinas, permite la operación de vehículos autónomos y posibilita un trabajo coordinado más productivo y eficiente, reduciendo tiempos y costos de operación.
Todos estos datos, predicciones y posibilidades refuerzan lo beneficiosa que es la llegada del 5G para la agroindustria. En este escenario, el papel del productor es ser consciente de estos beneficios y cambios que proporciona, para invertir en tecnología y lograr un mejor rendimiento y más resultados. En otras palabras, el sector, que ya es una potencia, puede ganar aún más fuerza. Al fin, el futuro está en la siguiente torre.