Cuando se trata de aprender, los factores ambientales pueden marcar una gran diferencia para los estudiantes de todas las edades. Sin embargo, si bien tendemos a considerar cosas como la iluminación, el color, los muebles, los estimulantes de audio, las plantas de interior y el diseño, hay otro factor menos visible que también puede influir en un entorno de aprendizaje para bien o para mal: el aire.
Como se ha verificado en investigaciones recientes, la temperatura de un entorno educativo afecta directamente la capacidad de los estudiantes para concentrarse, absorber y retener información. Según un estudio de Harvard, la exposición al calor extremo puede causar desafíos físicos (cardiovascular y termorregulación), dificultades cognitivas (adquisición y retención de información) e incluso problemas emocionales (motivación y sentimientos negativos hacia tareas determinadas). No sólo eso, esa investigación reveló que, incluso en economías altamente industrializadas, la exposición al calor puede reducir la tasa de aprendizaje y la formación de habilidades, reduciendo potencialmente la tasa de crecimiento económico. Y no solo eso, basado en las proyecciones de cambio climático medio para los Estados Unidos, las estimaciones producto de esta investigación sugieren que los estudiantes en 2050 podrían tener menos habilidades cognitivas debido a temperaturas más altas.
¿Por qué el calor tiene un impacto tan grande en nuestra capacidad de aprender? Bueno, para empezar, los estudios han demostrado que cuando en un salón de clases hace demasiado calor, el cerebro le recuerda constantemente al cuerpo que haga algo con respecto a la temperatura, y debido a esta interrupción constante, es más difícil concentrarse. Pero no solo los estudiantes se ven afectados por el calor: los maestros también luchan, lo que significa que tendrán menos energía para enseñar y se les prestará menos atención a los estudiantes. Del mismo modo, los estudios han demostrado que cuando la temperatura en un salón de clases es demasiado fría, las tareas que requieren atención sostenida son difíciles.
Los trabajadores de oficina se ven afectados de manera similar por la temperatura y calidad del aire. Es importante mantener constante el clima interior, ya que las temperaturas fluctuantes afectan tanto la productividad como la salud. ¡Esto no sorprenderá a nadie que haya luchado por concentrarse en una oficina muy calurosa, o que haya tenido que enfrentar los resfriados en un espacio demasiado frío!
¿Cómo puede ayudar tu aire acondicionado?
Daikin señala que, si bien no podemos hacer mucho sobre el clima exterior, “hay una solución muy simple para el problema del clima interior: el aire acondicionado”. Ya sea en un aula, estudio en el hogar o en la oficina, el aire acondicionado adecuado puede garantizar que un espacio se mantenga a la temperatura adecuada para el aprendizaje, y también puede abordar problemas como la humedad y calidad del aire interior. Daikin recuerda que durante verano la temperatura ideal ronda los 22°C y 25°C. Con 21 ºC en invierno se logra una sensación agradable de calidez en cualquier estancia.
En tiempos en los que los niños tendrán que recibir sus clases en casa o llevar al hogar una gran cantidad de tareas, es importante que seas capaz de proveerles el clima ideal, el entorno que les invite a concentrarse mejor y sacar mejor provecho de sus lecciones.