Por: Leonardo Covalschi, Director Ejecutivo & Head LATAM de TIVIT
La crisis actual que atraviesa el mundo relacionada al COVID 19 afecta directamente a todos los sectores de la economía. El trabajo, al ser una de las actividades humanas más impactadas en la actualidad, atraviesa una aceleración en la adopción de nuevas tecnologías y maneras de relacionarnos.
Una de las maneras más efectivas para mitigar el brote de este virus es el teletrabajo. Latinoamérica se prepara para un panorama de digitalización acelerado que llevará directamente a un cambio cultural. Este cambio, acarreará innovación en cultura organizacional que inducirá a múltiples retos, como establecer controles de tareas sobre horarios, medir la productividad, según indicadores, invertir en nuevas tecnologías y adoptar las leyes de cada territorio sobre el teletrabajo.
En TIVIT, más del 90 % de los empleados realizan trabajo en casa a partir de las cuarentenas establecidas por los gobiernos, incluyendo las Mesas de Ayuda con el apoyo de computadores portátiles en sus casas, que permiten servicio con normalidad, seguridad y discreción, en términos de ubicación y con índices de productividad correctos brindados a través de metas numéricas.
Así, para ejecutar el teletrabajo correctamente, desde una perspectiva técnica, las plataformas colaborativas de la nube, las herramientas con alto grado de digitalización, el software y las plataformas de servicio son claves en el corto y mediano plazo; son las que posibilitan que en estas crisis las empresas puedan continuar operando, a pesar del aislamiento social obligatorio impuesto en las diferentes regiones.
En momentos de incertidumbre cómo los actuales, en el que no sabemos si vamos a volver a la ‘normalidad’ o no, ni cuándo, las plataformas colaborativas que están en la nube nos dan una gran flexibilidad: es posible activar o desactivar más capacidades según las necesidades del momento, además de instalar nuevas funcionalidades y servicios con mucha rapidez.
En cuanto a equipos necesarios, es innegable que la gestión de los activos cada vez se digitaliza más. Por ende, es perentorio tener una estrategia de negocio digital clara, según la naturaleza de cada negocio y las tácticas que involucran las nuevas tecnologías. De acuerdo con el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, al trasladar las operaciones de una compañía al modo remoto se debe tener presente un sistema de telefonía definido, sistemas de videoconferencia, disponibilidad de la información, seguridad, acceso a base de datos y sistemas de información, redes VPN, navegadores de internet, entre otros, dependiendo de las necesidades y recursos de la empresa.
Estas herramientas y recursos aseguran calidad y seguridad en las organizaciones. Los indicadores pueden ser medidos a través de reportes digitales, power reality, gestión de datos, que logren una interacción con los proveedores y clientes de manera inmediata.
Finalmente, en esta transición agilizada por la coyuntura actual, siempre será clave tener la disposición de innovar y permitir errores repentinos, de la mano con soluciones rápidas. También, llevar a la reflexión todos estos aprendizajes para innovar y mejorar los procesos de transformación digital de cada empresa, en sus segmentos de mercado.