El turismo y la arquitectura sostenible se afianzan en el Eje Cafetero. Conozca en qué consiste esta tendencia.
Este tipo de turismo, que ofrece un contacto directo con la naturaleza, lejos del ruido y la contaminación de las ciudades, y que promueve el consumo responsable de energía y agua, entre otros recursos naturales, está emergiendo con mayor fuerza como una de las estrategias más prometedoras para impulsar el desarrollo económico en los departamentos de Risaralda, Caldas y Quindío, una región rica en biodiversidad y que cada día es más atractiva para sus visitantes.
Datos oficiales del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, revelan que el turismo sostenible en el país creció este año un 15% frente a 2023, y se espera que para 2025 genere más de US$3.5 millones en ingresos anuales, impulsado en gran parte por iniciativas como las que maneja el Eje Cafetero, que además demuestran que si es posible equilibrar el desarrollo económico con la conservación ambiental.
Otras cifras de ProColombia confirman que el número de turistas internacionales que buscan experiencias de ecoturismo aumentó un 25 % en 2024 respecto al año anterior, generando ventas por más de US$2 millones.
Este crecimiento ha incentivado a las comunidades a desarrollar proyectos de turismo comunitario, donde los viajeros pueden aprender sobre la biodiversidad y las tradiciones culturales, mientras apoyan directamente a las economías locales. Esta apuesta, no sólo aumenta los ingresos de la población, sino también fomenta la preservación de los recursos naturales y culturales del Eje Cafetero, contribuyendo a un desarrollo más sostenible.
En esta onda han entrado los hoteles de la región, así lo explica Carlos Andrés Arias, director del programa de Arquitectura de Areandina, seccional Pereira. “Estos establecimientos cuentan con una arquitectura sostenible que se fundamenta en dos aspectos: el primero, en la generación e implementación de energías alternativas o renovables, como es el caso de paneles solares, con las que están disminuyendo el consumo de energía directa y logrando un importante ahorro en sus instalaciones. Segundo, en la recolección de aguas lluvias y en la clasificación de residuos, que les permite optimizar los costos de su operación, al generar menores consumos y bajando la cantidad de desperdicios”.
Arias también menciona otros indicadores que evidencian el crecimiento de estos hoteles que tienen un propósito más sostenible. “Sólo en el primer trimestre de 2024, según cifras de Cotelco, estos comercios en la región presentaron un nivel de ocupación del 53,7 %, superando en 2,7 puntos porcentuales los registros del mismo periodo del año anterior”.
De acuerdo con el docente de Areandina, estos números demuestran que el Eje Cafetero continúa teniendo una gran demanda en materia turística. “De hecho, en sus tres departamentos cada seis meses se inauguran, en promedio, 25 nuevos hoteles que están causando un mayor interés de los visitantes debido a que se encuentran aislados del ruido de las ciudades, ofrecen un contacto directo con la naturaleza y, lo más llamativo, permiten disfrutar del paisaje cultura cafetero”.
Para Arias, toda esta zona, que comprende Quindío, Risaralda y Caldas, tiene un paisaje que tipifica la cultura y la tradición de esta zona del país, de sus edificaciones que se encuentran alrededor de los cafetales y de su vegetación, fauna y flora. “Precisamente, en la actualidad unos de los planes turísticos más demandados por los turistas, es visitar y hacer recorridos por los pueblos de la región que cuentan con una arquitectura totalmente atípica que llama mucho la atención de los visitantes. De hecho, recordemos que la película de Disney, Encanto, se realizó teniendo en cuenta todo este paisaje cultural”, concluye.