El uso seguro de la banca digital

La evolución de las tecnologías de la información continúa con su evolución, la cual ahora mismo parece no tener fin y es que cosas que hace diez años parecían sacadas de una película de ciencia ficción ahora son una realidad. Si bien es verdad que aún no contamos con autos voladores, ya podemos controlar muchos aspectos de nuestra vida desde nuestro teléfono y sin necesidad de movernos.

Las finanzas fueron uno de los primeros sectores que se han visto beneficiados por el progreso tecnológico, sin embargo ya sea por la fuerte inversión que implica o por simple resistencia al cambio, algunas entidades financieras no apostaban del todo a su adaptación tecnológica. Sin embargo con los periodos de confinamiento en distintas partes del mundo provocados por la pandemia de la Covid-19 el modelo digital fue la única forma de seguir operando, lo que ha dado como resultado una aceleración al proceso de cambio.

Actualmente la gran mayoría de bancos ya cuentan con una aplicación móvil, atención más personalizada y 24 horas los 365 días del año. Incluso se han entidades que no tienen sede física, una característica que les ha permitido bajar sus gastos y por lo tanto ofrecer tarifas y condiciones más atractivas.

Todas estas ventajas surgieron gracias a la tecnología pero su llegada también ha abierto la puerta a otro tipo de oportunidades para la delincuencia, esto no significa que el uso de la banca digital sea peligroso solo que debemos aprender a hacer un uso responsable de ella como de cualquier herramienta que tenga que ver con temas financieros. En un principio los ciberdelincuentes se aprovecharon del poco conocimiento que teníamos pero ahora la difusión de medidas de seguridad es cada vez más global así como los niveles de seguridad que se manejan.

El uso de las aplicaciones móviles es una forma de garantizar la seguridad de nuestra información, siempre y cuando se descarguen e instalen desde portales y tiendas de aplicaciones oficiales, gracias a sus protocolos de seguridad podemos tener acceso a prácticamente cualquier detalle de nuestra cuenta en cualquier momento, podemos monitorear los movimientos, desactivar las tarjetas en caso de extravío, contactar de forma segura con el banco entre muchas otras cosas.

Pero el uso de la aplicación oficial por si solo no es suficiente, también tenemos que verificar que la conexión a internet que utilicemos sea segura, lo mejor siempre es utilizar redes privadas ya que consultar nuestros datos bancarios desde una red pública a la que miles de personas tienen acceso puede ser muy peligroso.

El uso del correo electrónico es una forma sencilla de informarnos el estado de nuestras finanzas pero también es un foco en el que debemos prestar especial atención, pues aun existen personas que se encargan de falsificarlos, es por eso que debemos sospechar de aquellos en los que nos soliciten claves completas y ante cualquier duda evitar hacer click en los links que puedan incluirse en el cuerpo del correo. La forma más segura de ingresar es que nosotros mismos, usando el teclado, escribamos la dirección de nuestro banco para garantizar que en verdad estamos en la web oficial.

Las compras por internet son otra área de peligro, no significa que las debemos evitar, de hecho comprar por internet tiene muchas ventajas y nos ha dado acceso a millones de productos, pero es necesario confirmar la seguridad de la web, lo mejor es utilizar páginas conocidas y que nos permitan usar formas de pago seguras, como Paypal o alguna otra en la que no tengamos que poner de forma directa nuestros datos bancarios.

Pero para poder identificar las fuentes seguras es importante que desarrollemos ciertas habilidades que nos permitan interactuar en un entorno virtual, una de ellas es la observación y de hecho puede que sea la más importante ya que cuando hablamos de estafas por internet el fijarnos en detalles como errores gramaticales en logos, en la dirección de la página o en ofertas demasiado atractivas para ser reales nos puede ayudar a identificar posibles estafas.