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Evidencia digital, una aliada para la seguridad pública

La confianza en las instituciones de seguridad pública es un factor clave para que los habitantes perciban que su ciudad está dando pasos reales para ser más segura, sin embargo, según el último informe de la organización Transparencia Internacional (TI),  21 de los 32 países encuestados en América Latina y el Caribe tienen una percepción de transparencia inferior a 50%.[1] En países como Colombia, por ejemplo, 96 de cada 100 colombianos aseguran sentirse inseguros en todas las ciudades del país, siendo los robos, las agresiones y la delincuencia común, la principal razón de inseguridad, esto según la última encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Dane.

Con este panorama parece fundamental pensar el concepto de Ciudades seguras o “Safer Cities”, por su equivalente en inglés, con servicios que agilizan la respuesta durante la detección y la atención de emergencias. Para ello, las nuevas tecnologías disponibles en el mercado juegan un rol fundamental, ya que pueden brindar no solo un apoyo considerable para combatir los problemas de seguridad y cambiar la percepción pública, sino también hacen posible que exista información de valor en el proceso judicial contra los delincuentes.

A nivel de innovación, existen múltiples tecnologías que ayudan al manejo de evidencia, entre ellas: drones, software predictivo, sistemas de video seguridad, reconocimiento por apariencia, inteligencia artificial para centros de comando y wearables de seguridad pública como cámaras al cuerpo (bodycam), por mencionar sólo algunas de ellas.

Sobre esto, Julio García, experto en Ciudades Seguras de Motorola Solutions, asegura que “las soluciones de cámaras al cuerpo se están convirtiendo rápidamente en una herramienta predominante para la captura de evidencia digital en campo, pues brindan un punto de vista imparcial de los hechos, protegiendo la cadena de custodia y siendo válidos como evidencia frente a la justicia, que además pueden integrarse tanto con los radios de comunicaciones como con otros elementos del servicio policial, para que la grabación se active cuando más se necesita, como en un caso de emergencia por ejemplo. Adicionalmente la evidencia puede integrarse con software especializado conectado a los centros de comando y control, para llegar a tener, inclusive, una perspectiva táctica en vivo de la situación desde el punto de vista de la unidad policial, permitiendo tomar decisiones más acertadas.”

Gracias a la documentación de eventos y a su imparcialidad, las cámaras al cuerpo mejoran los niveles de servicio y generan confianza en la comunidad al contar con otro “par de ojos seguros” que cuidan que la ley se cumpla cabalmente. Al mismo tiempo, permiten una mejor capacitación y actuar policial, así como el compartir mejores prácticas.

Prueba de esta tendencia es la reciente incorporación por parte del Ministerio del Interior francés de 30,000 cámaras corporales para sus efectivos, uno de los despliegues más grandes con este tipo de tecnología. Otro ejemplo es la policía de Malta, cuyos efectivos en terrenos también contarán con cámaras corporales. Estos dos países se sumarán a la Policía de Chile, Bélgica, Rumania y varias fuerzas policiales del Reino Unido que ya cuentan con estas soluciones.

“La pandemia nos puso en una posición nunca imaginada. La nueva normalidad ha transformado los procesos y la manera en que concebimos nuestra seguridad personal y la de nuestros negocios. Por esta razón, en una era donde se genera información de valor cada segundo, es crucial que nuestras agencias cuenten con un ecosistema integrado de soluciones que permita obtener y manejar la información que fortalezca el accionar, brindando visibilidad e imparcialidad a las situaciones de principio a fin”, concluyó García.

En resumen, las nuevas tecnologías y en especial las orientadas al manejo de evidencia, pueden constituirse en un elemento valiosísimo para reconstituir la confianza de los ciudadanos en las instituciones de seguridad pública, la protección de los derechos humanos, etc, permitiendo hacer su operación más segura, confiable y transparente para la construcción de ciudades más seguras.


[1] Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2020 – Transparencia Internacional.

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