Considerando todo el ciclo de vida, un vehículo eléctrico genera entre 25% y 71% menos emisiones que uno de combustión interna.
Urge acelerar la adopción de la electromovilidad: el transporte genera 30% de los gases de efecto invernadero a nivel mundial, y 18% corresponde a los automóviles particulares de combustión interna.
La infraestructura de recarga para vehículos eléctricos en México aumentó un 23% en el segundo trimestre del año, alcanzando 39,257 posiciones.
La suma histórica de autos eléctricos e híbridos conectables comercializados en el país llega ya a más de 64,124 unidades (al cierre de agosto de 2024), según el INEGI.
En este 9 de septiembre, Día Mundial del Vehículo Eléctrico, vale la pena hablar de los vehículos eléctricos, cada vez más aceptados en el mundo. La noticia es que la electromovilidad, como una macrotendencia irreversible, ha probado emitir menos gases de efecto invernadero que los autos de combustión interna, incluso tomando en cuenta todo su ciclo de vida, independientemente de cómo se genera la energía que consume.
Algunos analistas habían mostrado escepticismo respecto del ahorro total de emisiones por parte de los vehículos eléctricos, sobre todo considerando lo emitido durante su fabricación, así como el origen de la energía eléctrica que los recarga.
Esto significa que, si la electricidad provenía de plantas generadores impulsadas con carbón o combustóleo, el ahorro en emisiones por no usar combustión interna no resultaba tan aparente. El punto es válido, pero un estudio reciente de BloombergNEF, centro de investigación enfocado en nuevas energías confirma de manera minuciosa que la ventaja de los vehículos eléctricos sobre los de combustión interna existe, y será más amplia hacia el 2030.
Esta organización midió de forma detallada las emisiones totales que provocan ambas clases de vehículos, eléctricos y de combustión interna, desde su fabricación hasta el fin de su vida útil. El estudio se hizo en cinco países (Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, China y Japón), con diversas condiciones en su manufactura y uso de energía. La gran diferencia es la generación de electricidad, por medios que podrían ir desde carbón hasta energía solar.
El resultado es que, considerando todo el ciclo de vida, un vehículo eléctrico genera entre 25% y 71% menos emisiones que uno de combustión interna. El menor margen de diferencia se reporta en China, un país más intensivo en el uso de carbón para la generación de energía. El mayor margen ocurre en Estados Unidos, un país que aún tiene una fuerte preferencia por los grandes vehículos consumidores de gasolina.
Otra buena noticia es que esta ventaja tenderá a crecer en el futuro. Hacia 2030, el mayor uso de tecnologías renovables en la generación de energía disminuirá aún más la huella de carbono de los autos eléctricos. Por ejemplo, Evergo ha instalado ya en República Dominicana electrolineras basadas en energía solar.
Esto sin contar los posibles adelantos tecnológicos en los propios vehículos y sus baterías, que podrían consolidar a la electromovilidad como una de las mejores estrategias ambientales del siglo XXI.
Urge una movilidad limpia
Vaya que urge acelerar el paso. De acuerdo con Carbon Monitor, que busca medir en tiempo real estas emisiones, en 2023 el mundo incrementó en 0.1% sus emisiones de dióxido de carbono, comparadas con el año anterior. Según esta iniciativa, mientras EE. UU. redujo sus emisiones en 2.2% y la Comunidad Europea logró un descenso de 5.1%, China las incrementó en 3%.
Por su parte, el estudio de Global Carbon Project, impulsado por 90 instituciones del mundo encuentra un peor resultado; las emisiones fueron de 40,900 millones de toneladas, un incremento de 1.1%. De cualquier forma, el CO2 no está yendo en la dirección que busca el Acuerdo de París.
Hay que mencionar que, de acuerdo con ONU Hábitat, el transporte genera 30% de los gases de efecto invernadero a nivel mundial, y 18% corresponde a los automóviles particulares de combustión interna.
Dados estos hechos, el incentivo para cambiar a una movilidad más limpia es obvio, y los vehículos eléctricos están probando ser una de las mejores alternativas que la humanidad tiene a la mano.
En México, de acuerdo con el Barómetro de Electromovilidad de México, un informe preparado por la Electro Movilidad Asociación (EMA), la infraestructura de recarga para vehículos eléctricos en México aumentó un 23% en el segundo trimestre del año, alcanzando 39,257 posiciones. Este incremento refleja un avance significativo en la adopción de la movilidad eléctrica en el país, toda vez que de acuerdo con los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el consolidado de autos eléctricos e híbridos conectables suma más de 64,124 unidades comercializadas (del 1 de enero de 2016 al 31 de agosto de 2024).