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Hospitales del futuro, ¿sueño imposible para Latinoamérica?

La robótica y el diseño permiten mejorar las condiciones hospitalarias para el beneficio de profesionales y pacientes. Conozca en qué consiste esta innovación.

Los hospitales tradicionales están condenados a la extinción. Así lo pronosticó el estudio OMA (Office for Metropolitan Architecture), liderado por Rem Koolhaas, quien afirmó que con la pandemia, los espacios de atención médica se resignificaron.

La misión: implementar nuevas herramientas para optimizar los procesos internos, liberar al personal de tareas rutinarias y mejorar la precisión de procedimientos con ayuda de dispositivos tecnológicos e inteligencia artificial, apuntando a construir un hospital del futuro autosuficiente donde, incluso, se trate al paciente individualmente y de forma remota.

La robótica y la impresión 3D, mano derecha de la salud

Los robots en los hospitales, adecuados con la última tecnología, facilitan el trabajo sanitario, contribuyen en hacer mejores diagnósticos para el tratamiento y prevención de enfermedades, y realizan cirugías con mayor precisión y control, permitiendo la recuperación del paciente en menor tiempo y con menos traumatismo y cicatrización. Los robots quirúrgicos son capaces de hacer biopsias, radioterapias guiadas, administración de medicamentos y terapias personalizadas.

Ante el dilema moral que plantea el ingreso de tal tecnología en un campo de acción tan humano, se aviva la discusión sobre qué lugar ocuparán los trabajadores del sector en el futuro.

Jordi Blasi, diseñador industrial, director del Máster en Diseño de Producto de ESDESIGN y vocal de ADI-FAD, la Asociación de Diseñadores Industriales de Barcelona, explica: «Esto tendrá un impacto en los puestos de trabajo, pero abrirá también nuevas posibilidades en relación con nuevas ocupaciones, por ejemplo en el diseño, la fabricación o el manejo y mantenimiento de los nuevos robots». Y en cuanto al factor humano, agrega: «La robótica difícilmente podrá sustituir la capacidad empática que nos caracteriza como seres humanos. Requisito indispensable en este sector».

Cierto es que el buen uso de la tecnología no tiene por qué preocupar, sabiendo sus enormes ventajas. La impresión 3D, por ejemplo, trae un sinfín de beneficios para mejorar la calidad de vida tanto de médicos como pacientes, más allá de la conocida fabricación de prótesis e implantes a la medida.

«La impresión 3D permite fabricar modelos anatómicos impresos para educar a pacientes y profesionales, así como para planificar procedimientos quirúrgicos, aumentando la precisión y disminuyendo el tiempo de las cirugías», señala el docente de diseño. «Además, se pueden imprimir prototipos de dispositivos médicos acelerando tiempos en diseño y ahorrando costos de producción, también fabricar tejidos y órganos artificiales, e incluso se está investigando cómo puede aportar esta tecnología en el tratamiento del cáncer y la insuficiencia renal».

Hospitales tecnológicos en Latinoamérica, ¿posible o lejano?

Hablar de futuro y vanguardia en Latinoamérica es complejo, dado los niveles de desigualdad que la caracterizan. Construir hospitales dotados con toda esta tecnología es un proceso lento, pero según el docente de Esdesign, Jordi Blasi, vale la pena intentarlo.

«La construcción de hospitales de vanguardia puede ser costosa, dependiendo del nivel de sofisticación tecnológica, pero hay que tener en cuenta también los beneficios a medio y largo plazo, en relación, por ejemplo al diagnóstico y tratamiento de enfermedades, un menor tiempo de recuperación para los pacientes o una mayor seguridad para los trabajadores de la salud».

Aunque las grandes capitales del continente pueden participar de estos procesos, el gran reto son las zonas periféricas y de menores recursos de los países, que es donde más se necesita una atención en salud óptima.

Latinoamérica ha tenido en los últimos años iniciativas relacionadas con programas de atención y prevención de enfermedades virales como el Dengue, la Chikungunya y el Zika, que van en la línea de la Hepatitis, la Tuberculosis o el VIH, y sumado a los esfuerzos de la medicina en las regiones, se puede entrar a innovar poco a poco con las nuevas herramientas tecnológicas que el diseño y la salud proporcionan. No estamos demasiado lejos.

Jordi Blasi señala que existen ciudades de referencia como Chile, México, Argentina o Brasil, los cuales han empezado a «desarrollar iniciativas para fomentar el uso de la telemedicina y establecer marcos regulatorios y legales para su implementación. La telemedicina puede ser también un gran aliado en el sector socio sanitario, pero las carencias de infraestructuras TIC, está dificultando su implementación».

No obstante, el diseño inteligente podría permitir que la actualización de la atención médica en estas regiones difíciles sea posible, si bien no con todo el potencial tecnológico, sí con recursos esenciales que representarían un cambio relevante.

«El diseño hospitalario y médico puede enfocarse en soluciones simples pero efectivas, como la implementación de clínicas móviles o la construcción de centros de atención primaria que se adapten a las necesidades y recursos de la comunidad», explica Jordi Blasi. «Estos centros pueden contar con tecnología básica pero esencial, como equipos de diagnóstico, suministros médicos y de medicamentos, así como personal capacitado para brindar atención médica de calidad».

 

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