El desarrollo de la IA incrementa también el consumo de agua para la refrigeración de los centros de datos.
Las empresas tecnológicas deben buscar soluciones sostenibles, como energías renovables y mayor eficiencia energética.
Países con climas favorables pueden aprovechar oportunidades para desarrollar infraestructuras energéticas eficientes.
Recientes datos de Bain & Company advierten sobre un desafío inminente que tanto las empresas tecnológicas como las compañías de servicios públicos deberán afrontar: la creciente demanda energética de los centros de datos, los núcleos donde se almacena y procesa la inteligencia artificial (IA). Según las estimaciones de la consultora, en los próximos cinco años se proyecta un aumento del consumo energético de estos centros entre un 10% y un 30%, a medida que las soluciones de IA se integran en cada vez más aspectos de la vida cotidiana y empresarial.
A esto se suma el creciente consumo de agua. Investigadores de las universidades de Colorado y Texas han revelado que modelos avanzados como ChatGPT requieren grandes cantidades de agua para refrigerar sus centros de datos. Se calcula que para una conversación sencilla de entre 20 y 50 preguntas y respuestas, se necesita aproximadamente el equivalente a una botella de medio litro de agua, para mantener los sistemas a la temperatura adecuada.
Este incremento plantea un dilema crítico para las empresas de tecnología y los proveedores de servicios públicos. Por un lado, está el desafío de garantizar un suministro energético suficiente y estable para soportar el desarrollo de la IA. Por otro, surge la necesidad de encontrar soluciones sostenibles que mitiguen el impacto ambiental de este aumento en el consumo de energía y recursos hídricos.
Si bien los expertos de Bain explican que algunas compañías están explorando opciones como la implementación de energías renovables y la mejora de la eficiencia energética de los centros de datos, la escala del problema sugiere que será necesaria una colaboración más estrecha entre el sector tecnológico y el energético para encontrar soluciones viables y sostenibles a largo plazo.
En este contexto, surgen oportunidades para los países que estén dispuestos a invertir en expandir sus capacidades de producción de energía y utilizar sus recursos de forma eficiente. El estudio recuerda que el desarrollo de la IA generativa ha impulsado el surgimiento de empresas dedicadas a este sector en todo el mundo. Por ello, se explora la posibilidad de que países con condiciones climáticas favorables para la producción energética desarrollen infraestructuras específicas para este fin.
En lugares soleados, se pueden instalar paneles solares en grandes extensiones para satisfacer la creciente demanda de electricidad. Además, en regiones con climas fríos, se podría aprovechar el ambiente natural para la refrigeración de los equipos en los centros de datos, optimizando el consumo energético y reduciendo costos.
Bain & Company subraya la urgencia de preparar la infraestructura para un futuro en el que la IA desempeñará un papel aún más central en la sociedad, todo mientras se busca un equilibrio entre el progreso tecnológico y la sostenibilidad ambiental.