Inteligencia Aumentada: ¿Qué es y por qué sólo el 4% de las empresas la usan?

Según José Tam, VP de transformación digital en Softtek, estamos entrando en una era donde la inteligencia aumentada será el nuevo estándar en todas las industrias.

“La tecnología está lista, pero… ¿lo estamos nosotros?” Esa fue una de las preguntas que José Tam, vicepresidente de Transformación Digital de Softtek, planteó en su reciente gira por Sudamérica para hablar sobre Inteligencia Artificial Aumentada y su papel en el mundo empresarial. Y es que, aunque suene sorprendente, sólo el 4% de las empresas globales están utilizando IA en sus operaciones diarias, según cifras de Deloitte.

“Estamos hablando de inteligencia aumentada, donde no se trata de que la tecnología reemplace a las personas, sino que las potencia. La IA es una herramienta lista para ser usada, pero que requiere un cambio de mentalidad en los líderes empresariales. La tecnología ya está aquí. El problema es que aún muchos no saben cómo aprovecharla”, subraya Tam, quien ha sido reconocido como uno de los 25 principales consultores y líderes en Transformación Digital del 2024 por The Consulting Report.

¿Qué es la Inteligencia Aumentada?

La inteligencia aumentada consiste en la colaboración entre humanos y algoritmos, donde la tecnología ayuda a las personas a ser más eficientes en su trabajo. No se trata de que los bots asistentes inteligentes o la IA sustituyan a los empleados, sino de aumentar sus capacidades, explica. Como ejemplo, menciona cómo las empresas pueden implementar asistentes virtuales que personalicen la atención al cliente, usando desde patrones de comportamiento hasta imitaciones de acentos regionales.

La Inteligencia Artificial Generativa es una forma de inteligencia aumentada que potencia las capacidades humanas en diversas áreas. Entre otros, complementa la creatividad, optimiza procesos al automatizar tareas repetitivas y mejora la toma de decisiones al proporcionar análisis basados en grandes volúmenes de datos, lo que permite decisiones más informadas. Asimismo, facilita una mayor interacción y colaboración entre humanos y máquinas, habilitando la personalización al adaptar las experiencias al comportamientos y preferencias del usuario, mejorando así, la satisfacción y la interacción.

¿Por qué no damos el paso?

Pepe no se queda solo en los beneficios, también señala que el mayor obstáculo para la adopción masiva de IA no es la tecnología, sino el miedo al cambio. “La resistencia muchas veces viene de no saber lo que no sabemos. Las empresas temen integrar IA porque les falta el conocimiento necesario para confiar en ella”, comenta. Sin embargo, asegura que quienes den ese salto no solo optimizarán sus procesos, sino que estarán mejor preparados para competir en el mercado global.

“El verdadero reto no está en desarrollar la tecnología, sino en cambiar la mentalidad de los líderes empresariales. He visto muchas compañías que siguen bloqueadas por prácticas obsoletas, como el miedo a compartir datos o la desconfianza en la automatización”, indica.

El futuro es la inteligencia aumentada

Pero no todo son barreras. Según Tam, estamos entrando en una era donde la inteligencia aumentada será el nuevo estándar en todas las industrias. Y no solo se trata de automatización: “La IA ahora tiene memoria. Los sistemas no solo reaccionan, sino que aprenden de experiencias pasadas, como los autos autónomos”, afirma. Esto significa que las empresas que adopten esta tecnología podrán mejorar no solo la eficiencia de sus procesos, sino también la calidad de sus decisiones, creando experiencias personalizadas y optimizadas para sus clientes.

¿Cómo empezar?

En ese sentido, Pepe sugiere que el primer paso para las empresas de la región es empezar a experimentar con herramientas accesibles de IA. “La clave está en probar, fallar y aprender rápido. ¡Esto no es ciencia ficción, es ciencia real!”, resalta. También insiste en que los líderes empresariales no deben hacerlo solos: “Formen equipos con expertos, capaciten a su personal y, sobre todo, cambien el chip”.

Para Tam, la inteligencia aumentada no es una opción, es el camino. “La pregunta ya no es si deberíamos adoptar la IA, sino ¿cómo podemos usarla para aumentar nuestras capacidades, humanas, para ser líderes aumentados?”, concluye.