La fábrica inteligente comienza con el trabajador conectado

Cómo Zebra empodera al operario colombiano con tecnología robusta y datos en tiempo real.

La cuarta revolución industrial redefine la producción: ya no se trata solo de máquinas inteligentes, sino del trabajador como eje central de la fábrica conectada. En Colombia, los operarios ya no reciben tarjetas de papel ni instrucciones manuales; trabajan con escáneres, tablets y dispositivos vestibles que les entregan información instantánea y responsabilidades aumentadas en cada paso del proceso.

Según el estudio “El auge de la fábrica conectada” de Zebra Technologies, apenas el 4 % de los fabricantes en Latinoamérica tienen visibilidad en tiempo real de toda su línea, frente al 25% en Asia. En Colombia, Zebra acelera ese cambio: en el reciente Partner Summit en Bogotá, se afianzaron resultados de empresas que mostraron tener:

• 30% menos tiempo en inventarios, gracias a equipos móviles.

• 20% más productividad al reemplazar tareas repetitivas con herramientas inteligentes.

• 15% menos costos operativos, al aumentar precisión y eliminar retrabajos.

“Combinar inteligencia artificial, automatización y talento humano es la fórmula para acelerar el crecimiento de las industrias en Colombia”, sostiene Ana Laura Cacogui, Gerente de Mercadeo para Manufactura LATAM, Zebra Technologies.

Ejemplos en Acción: La Tecnología Transformando Operaciones

Para ilustrar el impacto de estas transformaciones, consideremos algunos escenarios prácticos:

En el sector de autopartes, María, operaria en una planta en Cundinamarca, comparte su experiencia: “Antes usaba una libreta y escribía cada lote. Ahora uso una tablet: escaneo el código QR y veo qué hacer, cuál lote usar y qué calidad se espera.” Este tipo de implementación no solo reduce errores, sino que también convierte a cada trabajador en un agente de control, una fuerza de mejora continua y un garante de trazabilidad, empoderando al personal en sus tareas diarias.

En una empacadora de alimentos del Valle, vemos cómo la integración de wearables o vestibles con sensores de proximidad y dispositivos móviles ha revolucionado las operaciones. Los operarios reciben alertas en tiempo real sobre rutinas de mantenimiento o inspección, elevando su productividad en un 25% y reduciendo los tiempos de reacción ante alertas en un 40%.

Estos son ejemplos claros de cómo la tecnología redefine la eficiencia y la seguridad en el ámbito industrial.

El impacto del trabajador conectado

1. Visibilidad operativa completa

Al digitalizar tareas del operario —usando RFID (identificación por radiofrecuencia) para rastrear objetos a distancia y códigos QR para acceder rápidamente a información con un escaneo— la trazabilidad se activa desde la materia prima hasta el producto final. Esto permite tener registros digitales firmados en cada estación, garantizando calidad y cumplimiento.

2. Decisiones en tiempo real

El operario ya no espera órdenes de un supervisor: si una falla surge, su dispositivo lo alerta, genera orden de trabajo y documenta la tarea completada inmediatamente.

3. Talento empoderado

Dispositivos robustos (escáneres 3600, tablets industriales) no solo soportan ambientes exigentes, sino que incorporan IA que guía, corrige y educa al operario en su ritmo de trabajo. El resultado: menos errores, más autonomía, mayor identidad con su empleador y orgullo profesional.

4. Cultura de mejora continua

En lugar de ser una transición, lo digital se vuelve un hábito. Los equipos, ahora integrados con la Tecnología de la Información (TI) que gestiona los sistemas empresariales, y la Tecnología Operacional (OT) que controla los procesos industriales, registran datos operativos, análisis y métricas de desempeño. Esto genera indicadores automáticos de eficiencia por operario, jornada y línea.

Desafíos, pero con ruta clara

• Capacitación especializada: La brecha digital entre operarios y nuevas tecnologías exige programas bien diseñados con simuladores y formación continua.

Integración TI–TO: Para que los dispositivos del operario se conecten con plataformas de gestión y análisis, los equipos deben trabajar unidos con una visión común de datos y procesos.

Rotación y retención: Las nuevas generaciones esperan autonomía y herramientas intuitivas. Emplear tecnología atractiva se convierte en factor clave para retener talento.

En la era del nearshoring y la digitalización industrial, Colombia avanza hacia fábricas donde el operario es un nodo inteligente. Esta evolución se fortalece con escáneres, tablets, wearables y software integrados, transformando procesos manuales en flujos inteligentes, y a los trabajadores en colaboradores informados, autónomos y protagonistas de la mejora. La fábrica inteligente no existe sin el trabajador conectado.