En las últimas décadas se ha demostrado que el modelo de la educación virtual presenta unas ventajas significativas tanto para los estudiantes como para las instituciones. De acuerdo con el Online Business School, se calcula que el mercado del e-learning experimentará un crecimiento anual del 7.6% al 9.6% durante el 2020 y que se mantendrá en constante aumento.
Con la llegada del covid-19 Colombia enfrenta un dilema frente al modelo de educación virtual, ya que no existe la cobertura ni las políticas necesarias. Según el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Pontificia Universidad Javeriana, el 96% de los municipios del país no podrían implementar lecciones virtuales en colegios oficiales después de la suspensión de clases. Este problema frente al cambio de paradigma, fue evidenciado por el padre de la educación virtual en Latinoamérica Guillermo Cardona Ossa hace años atrás.
“Hace poco más de 20 años, exactamente en 1998, durante el discurso de graduación de la primera promoción de alumnos virtuales de Iberoamérica, manifesté una serie de cambios y necesidades que los sistemas educativos deberían hacer para adaptarse a los nuevos tipos de profesionales que la sociedad necesita. Insistía en la importancia de construir currículos diseñados de acuerdo al proyecto de vida de los estudiantes y que respondieran a los avances tecnológicos, esos mismos que actualmente tienen en jaque a los modelos educativos y que dejan en desuso la mayoría de las competencias y habilidades que tienen los futuros profesionales. Incluso en coyunturas desafortunadas como la pandemia del covid-19”, señaló Guillermo Cardona Ossa.
Hoy Colombia, de acuerdo con el catedrático requiere repensar su modelo pedagógico para poder enfrentar el futuro de la educación y estar a la vanguardia de los países más desarrollados. Esta modalidad virtual ha tenido un crecimiento acelerado y sostenido de matriculados en los últimos años, que para 2018 representó poco más de 200.000 estudiantes y para 2019 superó los 250.000 en todas las ciudades del país. Solo en la última década, según el Snies, creció en número de alumnos un 1.195 por ciento y a la par, de acuerdo la MEN, la tasa de graduación de profesionales que eligieron la virtualidad aumentó un 169 por ciento durante este mismo periodo, pero esto sigue sin ser suficiente.
“No debemos pensar en la educación virtual sólo en coyunturas desafortunadas como es el caso de covid-19, Colombia necesita un cambio pedagógico de fondo para tener mejores oportunidades para sus futuras generaciones. La educación virtual depende de los planteles educativos, los padres de familia y los estudiantes y estos tres componentes deben estar alineados con un entorno tecnológico válido, práctico, seguro e intuitivo”, dijo Ossa, quien destacó la importancia de dar el paso a la transformación digital de la educación en el país.
Por otra parte, las carreras de diez semestres tienden a desaparecer, pues los jóvenes necesitan estudiar en menos tiempo y salir a producir más rápidamente. La apuesta de la oferta académica debe apuntarle a formar más fotógrafos; expertos en videos, multimedia y videojuegos; influencers y youtubers, personas que, de algún modo, han logrado destacar en los canales digitales, especialmente en las redes sociales, como Facebook o Instagram, y en plataformas de vídeo como YouTube.