Las empresas no tienen suficiente información para volver a la oficina

Por: Nir Kaldero, autor del best-seller Data Science para ejecutivos y Director de Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial en Neoris

Las empresas hoy en día, independientemente de su industria, tamaño o ubicación, están unidas por un solo reto: ¿Cómo regresar a sus empleados a la oficina de forma segura? Colombia comenzó la cuarentena el pasado 25 de marzo tras conocerse los primeros casos de coronavirus en el país y aunque inicialmente el aislamiento sería por unas semanas, con el aumento de casos se ha venido extendiendo la fecha de finalización de ésta. El último decreto de presidencia indica que el aislamiento irá hasta el 30 de agosto con lo cual, para esa fecha, el país completaría 159 días de cuarentena, consolidándose como el país que ha tenido el aislamiento más extenso, incluso comparado con los que vivieron la crisis de forma más intensa.

De cara a la reapertura de los distintos sectores económicos y la llamada nueva normalidad, son varias las medidas que se han tomado al respecto, sin embargo, los empleados están aterrorizados de volver al trabajo. ¿Quién dice que no se infectarán por el compañero de trabajo sentado a su lado, usando el microondas de la cocina, en el transporte de camino a su oficina o en el edificio donde se encuentra ubicada? Los trabajadores ven sus oficinas literalmente como un campo minado y con justa razón. La improductividad, las dificultades emocionales, las demandas laborales e incluso la muerte de los empleados son algunas de las consecuencias probables de la reapertura de las oficinas en este momento. Entonces, ¿Qué pueden hacer las empresas? Necesitan hacer exactamente lo que los gobiernos están haciendo: Recopilar Data lo antes posible.

La Data ha demostrado ser la bala de plata contra la pandemia de Covid. Contra un enemigo invisible que ningún arma puede detener, nuestra única estrategia es lo que el analista de datos y evangelista Tomás Pueyo ha llamado «El martillo y la danza». Necesitamos políticas firmes y amplias seguidas de una atención precisa y minuciosa a los detalles, tan segmentados como sea posible, por condado, distrito, vecindario, bloque. Necesitamos aislar, localizar y evadir una presencia invisible. Al igual que los científicos cuánticos que calculan el campo de probabilidad de los electrones -lo que significa que tienen que operar sin una certeza o visibilidad absoluta de su objeto de estudio- nosotros también tenemos que calcular el campo de probabilidad de Covid19 a nuestro alrededor. Como hemos aprendido en los últimos meses, esto es un desafío, tanto matemático como emocional.

Los directores generales de las compañías no son físicos cuánticos y nadie espera que lo sean. Pero necesitan aprender algunas lecciones de ellos y rápido. Empresas de todos los tamaños y tipos necesitan empezar a reunir los siguientes indicadores:

• ¿Cuáles de sus empleados han sido infectados?

• ¿Cuáles de sus empleados han estado expuestos a alguien infectado?

• ¿Cuál es la configuración de grupo de riesgo de su fuerza de trabajo?

• ¿Qué empleados son esenciales y cuáles no?

• ¿Cómo distribuir los grupos de trabajo a través de sus instalaciones?

• ¿Cómo rastrear la interacción de los empleados a través de la oficina?

El último punto es uno de los más urgentes. En caso de que haya un brote en su oficina, ¿Tienen los datos para rastrear con qué empleados estuvo la persona infectada en contacto durante su fase de incubación? De lo contrario, se está a oscuras, y todos sus empleados, sus familias y sus amigos podrían estar potencialmente infectados. Es un campo de probabilidad muy grande con un espacio muy limitado para la estrategia.

Esta falta de datos a nivel micro es lo que paraliza a las empresas, impidiéndoles segmentar dinámicamente su fuerza de trabajo para permitir estrategias diferentes que garanticen la seguridad y la productividad. Tengamos en cuenta que disponer de los datos es sólo el primer paso, luego se deben desplegar sistemas de modelización que permitan interpretar visualmente esa información en tiempo real en tableros dinámicos, para poder actuar. Es comprensible que muchas industrias se vean intimidadas por este desafío y hayan adoptado la estrategia del avestruz: Enterrar sus cabezas en la arena y esperar que pase la tormenta. Aún no han aceptado el hecho de que esta tormenta no pasará hasta que haya una vacuna distribuida masivamente o se logre la inmunidad de grupo y probablemente nada de eso ocurra en menos de un año.

Afortunadamente, los gobiernos han comprendido esto y son un buen modelo de acción para cualquier tipo de empresa. Echemos un vistazo a lo que el estado de Nueva York, uno de los lugares más afectados del mundo, ha hecho en términos de estrategia. Primero, han segmentado cuidadosamente a la mayoría de sus ciudadanos en riesgo de infección bajo, medio o alto. Luego han creado perfiles basados en varios puntos de información: Edad, ubicación, historial de viajes, composición de la familia, etc. Luego, han cruzado esta información con las tasas de infección locales, calculando hasta la tasa de vecindarios específicos. Finalmente, han contrastado estos hallazgos con la capacidad y los tiempos de respuesta de los hospitales locales. Ahora tienen complejos tableros que presentan esta información y más en tiempo real, lo que les permite evaluar cuándo abrir y cerrar distritos individuales para mantener el control de sus curvas de infección. Las empresas, como un microcosmos de una comunidad, necesitan tener este nivel exacto de predicción y previsión, pero la mayoría de ellas hoy en día no tienen ni una décima parte de esta información, y mucho menos la capacidad de interpretarlos.

Las empresas de tecnología están luchando para proporcionar estas capacidades de extremo a extremo a las empresas a escala. Es extremadamente complicado generar un sistema que incorpore tantas dinámicas y variables en tiempo real que interactúen entre sí, sin mencionar el problema de cómo visualizar tanta información en un despliegue coherente que permita a los líderes no técnicos comprender lo que necesitan hacer. Esa herramienta debe contemplar todos los aspectos de una empresa, desde el estado de los camiones y la logística, la capacidad de las instalaciones, la dinámica de los empleados, la propagación de la infección local, manteniendo al mismo tiempo los protocolos de seguridad para garantizar la privacidad de los datos de los empleados y la información extremadamente sensible sobre la empresa y mucho más. Y el desafío más difícil de todos: Esta herramienta tiene que estar centrada en el empleado, tiene que ser fácil de usar, amigable y atractiva, de lo contrario, el empleado no la usará y la compañía no tendrá la información más vital.

Durante los últimos cinco meses, he estado trabajando en una herramienta de este tipo con el equipo de Data en NEORIS. Llamamos a la herramienta que creamos «HealthCheck». No es perfecta, pero fue la primera herramienta de prevención de Covid 19 para empresas lanzada en América Latina y en pocos meses se ha convertido en una de las soluciones digitales más utilizadas en el mundo para volver al trabajo y mantener a los empleados seguros. Hoy en día, casi 300,000 empleados lo utilizan en todo el mundo. Creo que debemos nuestro éxito a no haber subestimado nunca esta crisis. Tengan en cuenta que empezamos a desarrollar esta herramienta a principios de febrero. No soy epidemiólogo, pero como analista de datos, he aprendido a sentir el pulso de las cosas que vienen por la lectura de gráficos y hojas de cálculo, y me aterrorizaron los primeros gráficos que vi de Covid19 en enero, cuando sólo se lo llamaba «Un virus chino» y en occidente, hacíamos memes sobre él.

Actualmente multinacionales como CEMEX líder global en la industria de materiales para la construcción con más de 100 años de experiencia y presencia en más de 50 países entre ellos Colombia, cuenta con el apoyo de esta plataforma ayudando a monitorear el bienestar sus aproximadamente 10 mil colaboradores en México y 43 mil en todo el mundo.

Siento sonar redundante, pero como siempre y especialmente ahora, creo que la respuesta es la Data. La Data es nuestra única arma contra un enemigo invisible diseñado para destruir completamente un mundo globalizado. La información es lo que necesitamos para empezar a practicar una compleja coreografía para este baile de grupo que debemos aprender si no queremos mantener la cabeza enterrada en la arena durante el próximo año o más. Sé que la mayoría de las empresas no pueden permitirse ese lujo. Sé que da miedo, pero como líderes, tenemos la carga de actuar a través del miedo para proteger a aquellos de los que somos responsables. Hoy, son sus empleados y sus familias. No hay lugar para la individualidad en esta crisis y la Data, precisa y correcta, es lo más cercano que tenemos para crear una estrategia colectiva que pueda salvarnos.