Ley de teletrabajo: Latinoamérica avanza, Argentina atrasa

Por Adrián Gilabert, autor del libro “El trabajo ha muerto”, especialista en crisis empresaria.

Resulta preocupante el nivel de atraso en los modelos mentales que desafortunadamente practican nuestros legisladores. La ignorancia no es algo malo en sí mismo: aquello que ignoro puede ser subsanado estudiando, consultando expertos, comparando casos. El problema es cuando no se quiere salir del estado de ignorancia.

Al estudiar las leyes de teletrabajo de otros países de Latinoamérica; sí, no es necesario irse a Europa; encontramos diferencias sustanciales en cuanto a los detalles de la ley, pero lo más importante quizás no sea eso.

México tuvo su ley en 2019, Costa Rica en 2016, Perú en 2013 y Colombia en 2008 reglamentada en el 2012. Sí, Ud ha leído bien. Argentina está atrasada. Pero repito, eso no es lo más preocupante.

Si uno analiza los detalles de estas leyes va a encontrar muchas diferencias. Por ejemplo, en México se menciona la reversibilidad, pero tiene un concepto distinto al argentino, la misma se puede dar pensando en que el trabajador no llega a cumplir con sus objetivos por lo cual de mutuo acuerdo se puede cambiar la modalidad (en nuestro caso obliga a mantener un espacio físico al empleador quitando la posibilidad de optimizar costos de infraestructura. Aunque se flexibilice dando la opción de salas de coworking, el costo adicional no desaparece. Letal para las Pymes).

Tampoco se menciona como aquí que un accidente doméstico debe ser considerado accidente de trabajo, ni la obligación de desconectar la plataforma fuera de la jornada laboral. Por el contrario, se promueve el trabajo por objetivos, no la jornada laboral de 9 a 18. Insisto, tenga ud paciencia, todo esto no es lo más preocupante.

La ley mexicana fue realizada luego de la presentación de 9 iniciativas diferentes, se estudiaron las leyes de los países de Latinoamérica que la precedían, se consultó con expertos. Es decir, se la trabajó. En Argentina fue inconsulta y no parecen haber revisado las experiencias de otros países. Eso sí, salió en tiempo récord.

Las leyes de estos países mencionan en sus declaraciones, de manera explícita, que el objetivo es FOMENTAR el teletrabajo. Esto se opone claramente al sistema de pensamiento Argentino que lo que hace es poner RESTRICCIONES a la nuevo, no fomentarlo. Ellos le dan seguridad jurídica a una nueva modalidad para poder fomentarla. No obturan lo nuevo.

En efecto, hasta se menciona en una de las iniciativas lo siguiente (textual): “Los mexicanos no somos productivos, y nuestra visión laboral es errónea”. Pensamiento crítico, tan útil para pensar el futuro. Las razones por las cuales nuestros compañeros de continente se han planteado fomentar el teletrabajo son las siguientes:

1. Para crear más empleo joven.

2. Para crear empleo para discapacitados.

3. Para aumentar las posibilidades de empleo durante el embarazo, lactancia y cuidados de personas mayores.

4. Para reducir la huella de carbono.

5. Para ganar competitividad como país.

Nada en la ley Argentina de teletrabajo tiene como sistema de pensamiento esos objetivos, razones que sí tienen aquellos países.

Con seguridad esas leyes son perfectibles, todo lo es, pero tener objetivos tan claros y de cara al futuro sienta una potente plataforma de desarrollo. Las claves del futuro laboral y desarrollo de las empresas pasará por un viraje hacia las organizaciones con propósito, conformación de equipos en base a complementación de talentos, desarticulación de las estructuras piramidales y conformación de organizaciones singulares, trabajos orientados a proyectos y objetivos y no a jornada laboral, movilidad, salida del “trabajador-engranaje” hacia la creación de valor con ideas nuevas y creando soluciones a problemas, liderazgo orientado a “aceitar conexiones”, a facilitar el estímulo, a crear y crecer en el desarrollo personal y profesional.

Muchas personas y empresas en el mundo estamos trabajando para construir juntos un modelo laboral que tienda a la actividad plena, es decir, el trabajo basado en lo más esencial del ser humano: creatividad y talento en acción. Un magnífico salto de calidad de vida. ¡Qué lejos se encuentran los marcos jurídicos argentinos de este futuro! Es necesario dejar atrás los sistemas de pensamiento del siglo XX y abrazar lo nuevo.

Dejo una pregunta de cara al futuro cercano: ¿qué harán nuestros legisladores cuando se encuentren ante las siguiente nuevas tecnologías: Blockchain, machine learning, inteligencia artificial, realidad virtual y nueva generación de robótica? Los invito a que, por favor, ingresen en el siglo XXI.