El 72% de los gerentes prefieren el trabajo presencial, según un estudio de la Sociedad para la Gestión de Recursos Humanos.
La nueva normalidad sigue siendo universalmente híbrida y el desafío para los líderes consiste en aprovechar las oportunidades que brinda para crear estructuras y recursos que garanticen que este nuevo modo de trabajo esté a prueba de los retos del futuro. Las empresas deben centrarse en el bienestar, en reconectar a líderes y trabajadores, y en entender que la prioridad son las necesidades de estos últimos.
Si bien de manera global, según la encuesta “Vuelta a la normalidad” de Adecco, el 53% de los trabajadores desean mantener un modelo de trabajo híbrido, pasando la mayor parte de los días laborales en sus casas, los líderes de equipo se están empezando a inclinar por el regreso a las oficinas. Según un estudio de la Sociedad para la Gestión de Recursos Humanos, el 72% de los gerentes en los EE.UU prefieren que los trabajadores estén en la oficina.
Hacerle una pregunta rápida a un compañero de equipo sin la necesidad de programar una llamada en el calendario, tener conversaciones rápidas y espontáneas para discutir temas y que todos cuenten con una conexión estable a internet son algunas de las razones por las que la presencialidad está retomando su fuerza entre los líderes.
Algunos supervisores tienden a sentir que han perdido el control de sus equipos o que cada vez les es más complicado mantenerlo. Sin embargo, los últimos dieciocho meses han demostrado que el trabajo híbrido no supone una pérdida de productividad, y que una manera de trabajar más flexible e inclusiva, sí es posible. Para los líderes, será clave alimentar la confianza en sus equipos, ofrecer flexibilidad, demostrar empatía, fomentar los estilos de trabajo saludables y crear un entorno de seguridad psicológica.
Los resultados de esta encuesta global ofrecen algunos puntos de consideración clave para los líderes a medida que las organizaciones avanzan hacia la nueva normalidad:
• Es importante que las empresas valoren la posibilidad de encontrar un modelo híbrido con el equilibrio adecuado entre el trabajo a distancia y en la oficina para todos sus empleados, y que recuerden que no existe una solución universal que encaje con sus necesidades particulares. Se necesitará una mentalidad de personalización masiva.
• La oficina física seguirá siendo importante en la nueva normalidad. Las empresas deben empezar ya a decidir qué van a hacer para aportar un entorno de trabajo agradable, cómodo y seguro en el que la comunicación, las relaciones entre empleados, el ánimo y el sentido de equipo y de cultura corporativa puedan crecer, sobre todo para aquellos trabajadores que sienten inquietud ante el retorno a la oficina.
• La flexibilidad y las opciones de trabajo a distancia ya no son simplemente un valor añadido “interesante”, sino algo que se espera por parte de las directivas de las empresas para atraer y conservar a los mejores profesionales.