En la capital yucateca es posible encontrar una deliciosa oferta gastronómica, a la par de extraordinarios museos y bellísimos jardines.
A lo largo del tiempo la blanca Mérida se ha caracterizado por ser una ciudad hermosa, que ha albergado en su interior, cultura, historia y una arquitectura impresionante, que fusiona los vestigios del mundo maya con la piedra caliza de las casonas diseñadas por los españoles tras la conquista, inclusive, algunas historias dicen que la capital yucateca recibió su nombre en honor al recuerdo de la ciudad homónima de España con la cual comparte la similitud de estar construida en materiales blancos que destellan con el Sol.
En Mérida es posible encontrar una deliciosa oferta gastronómica, a la par de extraordinarios museos y bellísimos jardines que engalanan a esta mágica ciudad que ha logrado perdurar en el tiempo con su belleza colonial y sus nuevos toques vanguardistas de una entidad cosmopolita, sin duda alguna, quien visita Mérida podrá disfrutar y apreciar la arquitectura de grandes viviendas con influencias de arquitectura europea.
Ubicada en el emblemático Paseo de Montejo, existen dos hermosas construcciones que llaman la atención de todos los que circulan por esta zona, conocidas como las Casas Gemelas, se han convertido en uno de los íconos turísticos más representativos de Mérida debido a su gran diseño arquitectónico.
Al interior de una de ellas, conocida como Montejo 495 Casa Museo se alberga un espacio en el que es posible apreciar el lujo con el que vivían las grandes familias de hacendados henequeneros en Yucatán. A lo largo de sus 110 años de vida, la casona fue hogar de los hermanos Cámara Zavala, quienes la mandaron diseñar por el talentoso arquitecto francés Gustave Umbdenstock, posteriormente, en el año de 1964 sería adquirida por la familia Barbachano Herrero, quienes la preservan hasta el día de hoy.
Recorrer sus salones es viajar al pasado esplendoroso de Yucatán, trasladándose a aquellos años del “oro verde” (como se llamaba al henequén) y dejarse enamorar de su arquitectura ecléctica y hermosos interiores que recuerdan a los palacios franceses. En su decoración se preservan muchas piezas originales de la época, haciendo de ésta un espacio único en la entidad.
No muy lejos de ahí, se encuentra El Minaret, una casona también ubicada sobre Paseo de Montejo, construida en 1908 por los hermanos Medina Ayora, su estilo neoclásico del siglo XIX hacen de ella, una de las edificaciones que mantienen viva la belleza de la época colonial del estado de Yucatán.
El Minaret ha pasado por procesos de remodelación que no han afectado su esencia ni su belleza, ya que se han conservado sus preciosos acabados, si bien este recinto ha funcionado como oficinas administrativas de importantes corporativos, hoy en día ha abierto sus puertas como una de las mejores opciones para eventos especiales de la Blanca Mérida, engalanado cada encuentro y dándole un toque especial, ya que al conservar intacta su esencia transporta a quien lo visita en un viaje al pasado, cuando la predominaba en la entidad la industria del henequén.
A sólo unos minutos de Paseo de Montejo, se encuentra El Pinar, una mansión que hoy por hoy sigue siendo reflejo de la riqueza generada por el cultivo y exportación del henequén en Yucatán. Esta majestuosa propiedad guarda muchos misterios en torno a su origen, pues aunque poco se sabe sobre su historia, se cree que fue construida en 1915, inspirada en el renacimiento francés y bajo la influencia del porfiriato, la belleza de sus amplios jardines con fuentes, su excelente estado de conservación, así como las historias que la rodean, la han convertido en una de las casonas más famosas de Mérida.
Se dice que esta mansión fue el hogar de una joven pareja proveniente de Portugal que se dedicaba a la industria del henequén y que su vida estuvo rodeada de amor y muerte, las historias cuentan que una noche la mujer enfermó gravemente y en total desesperación, tras haber agotado sus esperanzas, el esposo no tuvo más remedio que encerrar a su mujer en una de las habitaciones de la mansión hasta su muerte y tras enviudar, el hombre abandonó la casa para volver a su país de origen sin que nadie supiera jamás de él.
Por último, pero no menos importante hablemos de la Quinta Montes Molina una construcción representativa de la época porfiriana que seduce con su arquitectura ecléctica de tendencia neoclásica, hermosos jardines y terrazas, así como con sus árboles frutales y bellas flores albergan en su interior la Casa Museo Montes Molina.
En este lugar es posible admirar muebles europeos, pisos de mármol de Carrara, preciosos candiles de cristal de Baccarat y de cristal de Murano, relojes antiguos, piezas Art Decó, esculturas de porcelana y alabastro así como las vajillas de la familia y todo tipo de muebles, adornos que se remontan a su época de esplendor.
Los cuartos y baños conservan la elegancia y gusto europeo, se dice que la construcción data de 1902; sin embargo, sería hasta 1915 que esta magnífica casona pasaría a manos de la familia Montes Molina , quienes a lo largo de cuatro generaciones han conservado cada detalle original de la época.
Como podrán darse cuenta, quien visita Yucatán queda enamorado de cada rincón y sin duda podrá transportarse en el tiempo a la época de oro del estado.
Así como éstas casonas, existen otras extraordinarias haciendas que siguen siendo muestra viva de la belleza de Yucatán. En tu próxima visita organiza un viaje lleno de cultura, historia y belleza, apóyate del planeador de viajes de yucatan.travel y déjate seducir por cada uno de sus atractivos, recuerda que hay más de 365 actividades por realizar en la entidad, además de que puedes sumar a tu recorrido experiencias gastronómicas inigualables, disfruta de los 365 sabores de Yucatán y ponle sabor a tu viaje.