Viajar por Michoacán es compartir con una infinidad de culturas y descubrir paisajes inimaginables, pues solo el estado más acogedor de México es capaz de reunir a varias comunidades y combinar la cultura del día de los muertos con la migración de la mariposa monarca.
En el centro de la República Mexicana se localiza Michoacán y para describirlo a primera vista hay que decir que es el principal productor artesanal de todo el país y es uno de los estados más abundantes en lagos y bosques.
Su capital, Morelia, es ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad y muchos de sus pueblos se distinguen por su arquitectura típica, con techos de barro rojo, muos de adobe o cantera rosa y templos de los Siglos XVI al XVIII con “cielos historiados”, o techos decorados con obras de arte virreinal.
El estado cuenta con una excelente comunicación carretera hacia las dos ciudades más grandes del país: México y Guadalajara. Esto se debe a que se encuentra justo a 3 horas de distancia de cualquiera de ellas.
Michoacán es un territorio privilegiado porque posee montañas tan altas como los Alpes tiroleses (entre los 1,500 y 2,500 metros sobre el nivel del mar), bosques de coníferas, lagos y lagunas, desiertos, esteros, 213 kms. De playas, pueblos típicos, sitios arqueológicos, historia y tradiciones.
Las ciudades de Morelia, Pátzcuaro y Uruapan son nuestros principales destinos porque concentran la mayor cantidad de infraestructura turística del estado, además de poseer sobresalientes atractivos. Y por si eso fuera poco, se encuentran a tan solo 40 minutos de distancia una de otra.
Pátzcuaro es el corazón de la zona lacustre, uno de los puntos que más identifican a Michoacán porque en sus inmediaciones se realiza cada noviembre una espectacular ceremonia indígena conocida como la “Noche de Muertos”. También llama la atención que los pescadores de la ribera y de las cinco islas del lugar utilizan todavía una antigua red conocida como “mariposa”.
En el oriente michoacano, colindando con el Estado de México, se encuentran los bosques donde reina la Mariposa Monarca de noviembre a marzo, en un fenómeno de migración único que la ciencia todavía no acaba de entender. Para muestra baste decir que en la última temporada de su estancia la monarca recibió la visita de otro miembro de la realeza, el Príncipe Carlos de Inglaterra.
Otros privilegios de la naturaleza michoacana son las 370 especies de aves que durante el invierno emigran a los mismos bosques que visita la mariposa monarca, o los pelícanos que llegan de Canadá para hibernar en la laguna de Chapala y las tres especies de tortuga que se reproducen en la costa del estado durante el mes de octubre.
En materia de bellezas naturales, Michoacán también posee 213 kilómetros de playas en la zona del Pacífico. En tiempos prehispánicos la etnia nahua dominó ese espacio y en la actualidad el rostro costero de Michoacán posee un paisaje agreste de naturaleza intacta, ideal para quienes buscan alejarse de la rutina urbana.
La costa michoacana ofrece las más variadas vistas, con acantilados, bahías, caletas, formaciones rocosas y arenas que van desde los tonos negros hasta los dorados más claros.
Noche de los Muertos
Es una celebración única de la cultura viva de Michoacán, conocida por las comunidades de los pueblos originarios como “Noche de ánimas”, se tiene conocimiento de esta celebración desde épocas prehispánicas, se realizaban al terminar las cosechas, entre los meses de septiembre y noviembre, y a nuestros días se celebra los días 1 y 2 de noviembre, año con año.
No hay que olvidar que la UNESCO declaró esta festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y hoy en día es una tradición muy representativa de la cultura michoacana, además de convertirse en un referente para viajeros de todo el mundo que quieren conocer y vivir esta magnífica experiencia. Esta ofrenda familiar y del recuerdo a los seres queridos dio pie a mucho del guion de la reconocida película “Coco”
La Catrina
La Calavera Catrina es un ícono de la cultura popular mexicana, en principio fue un grabado conocido como “Calavera Garbancera” de Don José Guadalupe Posada, grabador mexicano. Posteriormente Diego Rivera la viste y la bautiza como “La Calavera Catrina”. En general como dibujo, grabado o pintura este personaje representa una reacción divertida de los mexicanos ante la muerte.