Por: Pablo Vittori, Director de Tecnología Global de Making Sense.
Los seres humanos nos mal acostumbramos a tener cada día mejores experiencias digitales. A principios de 2020 nos hubiera resultado imposible creer -porque no había ninguna cultura instalada de pago electrónico más allá de algunas iniciativas incipientes- que apenas algunos meses después no podríamos comprar algo sin nuestra wallet virtual para hacer todos los pagos (costumbre que se potenció cuando estuvimos impedidos de salir a la calle y de mantener contactos cara a cara como consecuencia de la pandemia). Fue una revolución que ya pasó: ahora pedimos más. Necesitamos esos niveles de usabilidad, simplicidad, experiencia, placer y ganas con todas las transacciones que nos toque hacer.
Este es el primer gran llamado de atención para los “do’s” y los “don’ts” tecnológicos de 2023 para las empresas: escuchar esta tendencia, capitalizar la enorme evolución que se está dando en el terreno de los datos, de la inteligencia artificial y de la inteligencia de negocios, tratar de interpretar cómo estas nuevas tecnologías pueden impactar en el negocio y pensar cómo entregar eso que el consumidor está pidiendo mientras, en simultáneo, trabajamos para que sea cada vez mejor, más accesible (ya no existen limitaciones de ningún tipo respecto de quiénes usan las aplicaciones: van desde niños hasta adultos mayores), más seguro y más resistente al fraude y a los delitos.
La era de los datos
Así como el “do” más grande es capitalizar los datos, el “do’nt” asociado es no subirse a lo que puede denominarse como “la moda del dato”. Para involucrarse en un proyecto de estas características, una organización necesita comprender de qué datos dispone, qué calidad tienen y cómo los puede manipular para alcanzar a través de ellos sus objetivos de negocios.
Muchas veces las empresas están sentadas sobre enormes montañas de datos que podrían ser fácilmente convertidos en valor de negocios. Siempre recuerdo una reunión con un cliente que nos aseguró que mantenía una base de datos con quince años de transacciones contables, ventas, cobranzas, facturación y contactos de los clientes que no borraban ni limpiaban porque temían que eso rompiera el sistema. Una fuente inagotable de valor que no tenía ninguna estrategia detrás y que había sobrevivido por las razones equivocadas. Hoy, con herramientas analíticas basadas en IA o machine learning, esos datos pueden transformarse en eficiencia, rentabilidad y hasta nuevos modelos de negocios.
En su informe FutureScape1, IDC advierte sobre un “don’t” importante sobre los datos y asegura que las empresas necesitan actuar rápidamente para modernizar su infraestructura tecnológica y garantizar que los datos puedan compartirse y no quedar atrapados en silos o servidores desconectados de otras partes de la organización.
Evitar el hype tecnológico
Todos los años Gartner predice cuáles serán las diez tecnologías clave del año que está por comenzar. Cuando se mira esos informes retrospectivamente, se descubre que el nivel de aciertos es bastante alto. ¿Qué nos depara este 2023?
En una lista rápida, se agrupan en cuatro categorías. La primera es la de tecnologías orientadas a la optimización: sistemas inmunológicos digitales (seguridad y automatización juntas para mitigar todo tipo de riesgos), observabilidad aplicada (la evolución de la monitorización para mantener todo bajo control) y el modelo de gobernanza para inteligencia artificial AI TRiSM.
La segunda, las que permiten escalar el negocio para aprovechar nuevas oportunidades virtuales: plataformas de nube con propuestas como servicio específicas para industrias, platform engineering (paquetes que incluyen herramientas, capacidades y procesos para desarrolladores y usuarios finales) y wireless-value realization (redes inalámbricas para todos los servicios).
La tercera aúna los conceptos más de vanguardia: super aplicaciones (plataforma con características de una aplicación, una plataforma y un ecosistema para que terceros desarrollen y publiquen sus propias miniapps), IA adaptativa (se repiensa a sí misma cuando cambia el entorno) y Metaverso. Transversal a todo, destaca la IT sustentable. Les recomiendo que tomen un tiempo para jugar con ChatGPT (https://chat.openai.com/auth/
La cuarta pasa desapercibida pero es clave: la modernización de aplicaciones. En términos generales vivimos conectados a aplicaciones con un promedio de vida superior a los diez años. En algunos casos, como las bancarias, lo triplican. Modernizarlas no fue una prioridad: las pocas veces que se trabajó en el tema se hizo de manera superficial y con foco en la experiencia del usuario. Es muy importante revisar qué necesitamos mejorar para que puedan ser escalables, funcionar en entornos modernos (como cloud o containers), generar datos usables y, por sobre todo, que sean ágiles para enfrentar nuevos desafíos.
El “don’t” vinculado a las nuevas tecnologías, en especial cuando son tan atractivas y glamorosas, es no caer en la tentación de adoptarlas porque están de moda. El objetivo es repensar el negocio y luego ver cómo la tecnología y los datos pueden ayudar a hacer realidad esa idea y no al revés.
El éxito con los datos y las nuevas tecnologías en 2023 está al alcance de la mano: basta con avanzar con todos los “dos” y evitar la mayoría de los “don’ts” para lograrlo.
Fuentes: FutureScape: Latin America Predictions 2023: https://www.youtube.com/watch?