Santiago Aldana, CEO de SoyYo, afirma que “es esencial que las empresas entiendan la importancia de la verificación de la identidad digital de sus usuarios. Conocer quiénes son no sólo mitiga el riesgo de suplantación y pérdida de activos, sino que aporta datos claves para la construcción de nuevas estrategias comerciales”
La transformación digital ha significado una oportunidad para dinamizar la economía y estrechar el vínculo entre empresas y consumidores, además de muchos otros beneficios. Si bien el país aún tiene retos adicionales en bancarización y conectividad tales como incluir en el sistema financiero al 17% de la población que aún no posee ningún producto bancario y conectar al 43% de los colombianos que aún no demandan internet móvil, lo cierto es que los indicadores de uso y consumo de comercio electrónico y banca en línea han incrementado al punto que hoy 3 de cada 4 operaciones bancarias se hacen a través de medios digitales. Sin embargo, de la misma manera cómo evolucionan tecnológicamente las empresas y los hábitos de consumo, así mismo crece el nivel de sofisticación de los cibercriminales.
Mayor seguridad, menor fricción
Ante este panorama, es esencial que las empresas avancen hacia la implementación de soluciones de autenticación de identidad digital robustas, confiables y con mínima fricción, que permitan conocer quiénes son en realidad las personas al otro lado de la pantalla y así optimizar su seguridad, e incluso sus estrategias de acercamiento comercial.
En los procesos tradicionales, verificar la identidad de los clientes puede suponer mayores costos de operación. Ahora bien, la digitalización permite a las empresas no sólo optimizar sus recursos, sino también abrir su portafolio de servicios a clientes con procesos más confiables y que exigen menor esfuerzo para sus clientes, aumentando la extensión de su mercado y con esto, sus ventas. La startup colombiana SoyYo se convierte en un aliado estratégico para las empresas que desean incursionar en la incorporación de la identidad digital como un elemento clave de trazabilidad con clientes y usuarios, a través de un ecosistema que integra diferentes puntos de validación y tecnologías como la inteligencia artificial y la biometría.
Se trata de un ecosistema que permite al usuario identificarse digitalmente brindando mayor confianza y seguridad en sus interacciones con demás personas o empresas. Los usuarios podrán registrar su identidad digital en su dispositivo móvil, haciendo uso de su biometría facial para demostrar que es quién dice ser. Luego, aplicando algoritmos de inteligencia artificial se realiza un cruce de información entre la identidad digital registrada y múltiples mecanismos de verificación de identidad del usuario (como por ejemplo su documento de identidad). Después de este proceso de registro, el usuario queda habilitado para autenticar su identidad digital en cuestión de segundos y de forma segura. La información personal del usuario permanecerá encriptada y almacenada de tal manera que sólo puede accedida por su titular, y ante cualquier trámite será compartida con la autorización previa del mismo.
La implementación de la identidad digital en el país supone grandes beneficios tanto para las entidades públicas y privadas, como para los mismos ciudadanos: las empresas tendrán la oportunidad de conocer quiénes son en realidad sus clientes, optimizar su seguridad y estrategias de acercamiento comercial. Los usuarios podrán identificarse de una manera segura, mitigando significativamente su exposición a crímenes cibernéticos como la suplantación de identidad y realizar compras, transacciones bancarias y trámites legales con mayor seguridad y menor esfuerzo.
Según el Ministerio de la Información y las Comunicaciones, más de 62% de la población colombiana hace uso de internet. Este dato permite evidenciar que, en términos de las interacciones digitales entre clientes y compañías, es imperativo robustecer los métodos de protección de identidad en línea, permitiendo a las organizaciones abrirse un espacio en el mundo digital y los usuarios poder centralizar su identidad digital para poderla usar en sus transacciones cotidianas.