El score crediticio es la carta de presentación de las personas para acceder a créditos en el sector financiero tradicional. Este puntaje, que se asigna de acuerdo con el comportamiento como deudor, es el principal indicador que utilizan las entidades financieras para medir el riesgo y predecir si los usuarios son lo que coloquialmente en Colombia llamamos “buena o mala paga”.
Según Datacrédito-Experian, en 2019 las entidades bancarias tradicionales concentraron el 76% de su originación de créditos de consumo en personas con puntajes mayores a 694, quienes tienen una relación positiva con el sistema financiero y por sus hábitos de consumo tiene los mejores puntajes de crédito.
En contraste, por ejemplo, la fintech Lineru entregó el 76% de sus créditos en línea en el mismo año a personas con puntajes por debajo de 694 puntos, “una muestra clara de cómo a través de modelos de evaluación de riesgo más flexibles, sí es posible impulsar la inclusión financiera en Colombia y llegar a las personas desatendidas por la banca tradicional”, como indica Tarek El Sherif, CEO de Zinobe, la fintech que desarrolló Lineru.
A continuación El Sherif comparte cinco retos en el acceso al crédito en Colombia. Y cinco razones en favor de los modelos de evaluación de riesgo flexibles, como la llave para impulsar la inclusión financiera en el país. Y beneficiar a las personas que quieren, pero no han podido, entrar a jugar en el sistema financiero:
• Del 82% de la población colombiana adulta que tiene al menos un producto financiero, solo el 36% corresponden a créditos. Un modelo de evaluación flexible permite abrirle la puerta a más personas, que no son aprobadas por falta de experiencia financiera, reportes negativos u otros requisitos que no pueden cumplir.
• Según el Banco de la República, la afectación actual generada por la pandemia hizo que el 92% de las entidades bancarias del sector tradicional aumenten sus exigencias para créditos de consumo. Y las personas que dejarán de ser sujetos de crédito para ellos, pueden seguir siéndolo en los modelos de evaluación flexibles.
• El puntaje de crédito asignado por las centrales de riesgo tiene demasiado peso en los modelos de originación de créditos de las entidades financieras tradicionales. En cambio, los modelos flexibles se construyen también con fuentes alternativas de información, que permiten crear una representación más robusta y justa de cada usuario.
• Acceder al crédito no solamente puede ser complicado a nivel de requisitos: el proceso de estudio y aprobación también puede ser innecesariamente lento. Los modelos flexibles, que además se conectan con tecnología para aprender sobre los usuarios y automatizar procesos, permiten que el dinero pueda llegar mucho más rápido a las manos de un colombiano.
• En el sistema financiero faltan segundas oportunidades. Y aunque suene obvio, la inclusión financiera solo se puede lograr involucrando más personas en el sistema. Eso significa abrirle la puerta a quienes no tiene historia crediticia, darle una nueva oportunidad a quienes están reportados y llegar a través de internet allí donde no llegan las oficinas del banco. Y todo se puede hacer a parte de los modelos de evaluación flexible.