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Ransomware en Colombia: ¿Cómo proteger su empresa ante el creciente aumento de ataques?

En los últimos años, Colombia ha experimentado un aumento preocupante en los ataques de ransomware, afectando a empresas de todos los tamaños y sectores. Desde servicios públicos hasta entidades financieras y startups tecnológicas, los cibercriminales han encontrado nuevas oportunidades para vulnerar infraestructuras mal protegidas y exigir rescates millonarios a cambio de devolver el acceso a datos y sistemas críticos.

Este tipo de ataque no solo interrumpe las operaciones, sino que pone en riesgo la reputación, la continuidad del negocio y la confianza del cliente, en un entorno digital que exige cada vez mayor resiliencia.

Según el último informe del Centro Cibernético de la Policía Nacional, al cierre de 2024, Colombia reportó un aumento en denuncias de cibercrimen en un 23%, pasando de 63.249 en 2023 a 77.666 en 2024, donde las acciones delictivas más frecuentes son hurto por medios informáticos con 37.409 casos, acceso abusivo a sistema informático con 16.955 y la violación de datos personales con 11.954.

Los ataques de ransomware modernos no se limitan a encriptar archivos. Usan ingeniería social, se propagan lateralmente dentro de la red y, en muchos casos, exfiltran información confidencial antes de activar la amenaza. Ante este panorama, la defensa reactiva ya no es suficiente: las empresas deben contar con herramientas que les permitan actuar con anticipación y visión de conjunto.

«Hoy, más que nunca, la ciberseguridad debe ser parte del núcleo estratégico de cualquier empresa. El ransomware es una amenaza constante, pero también una oportunidad para fortalecer la gobernanza digital con soluciones inteligentes y accesibles», afirma Wilson Calderón, gerente técnico para la región LATAM de ManageEngine.

«Nuestras herramientas están diseñadas para ofrecer control total sobre los activos TI, automatizar procesos críticos y responder a incidentes en tiempo real, sin complejidad ni grandes inversiones.»

¿Qué pueden hacer las empresas para protegerse del ransomware?

En un entorno donde los ataques de ransomware son cada vez más frecuentes y sofisticados, es fundamental que las organizaciones en Colombia adopten una postura proactiva frente a la ciberseguridad. Aquí algunas recomendaciones clave para mitigar el riesgo:

• Automatizar la gestión de actualizaciones y parches: Mantener todos los sistemas y aplicaciones actualizados es una de las formas más efectivas de cerrar las puertas a los ataques. Las brechas en software desactualizado son una de las vías más comunes utilizadas por el ransomware.

• Monitorear constantemente la red y los dispositivos: Contar con visibilidad sobre el comportamiento de usuarios y sistemas permite identificar patrones inusuales, como accesos simultáneos desde ubicaciones distintas o modificación masiva de archivos, que pueden indicar un ataque en curso.

• Controlar el acceso a información crítica: Limitar los privilegios de acceso, implementar políticas de autenticación robusta y revisar regularmente los permisos asignados ayuda a reducir la exposición interna y proteger activos sensibles.

• Establecer una estrategia de respaldo y recuperación: Contar con copias de seguridad periódicas, almacenadas de forma segura y probadas regularmente, permite restablecer operaciones sin ceder ante extorsiones. La rapidez en la recuperación también es clave para mitigar el impacto operacional y financiero.

• Promover una cultura de ciberseguridad: Capacitar al personal sobre cómo identificar correos maliciosos, evitar enlaces sospechosos y reportar incidentes es tan importante como la tecnología. La mayoría de los ataques comienzan por un simple error humano.

• Contar con un plan de respuesta ante incidentes: Tener procedimientos claros frente a un ataque, incluyendo responsables, protocolos de contención y comunicación, facilita una respuesta ágil y ordenada ante cualquier eventualidad.

La protección frente al ransomware no depende de una única acción o herramienta. Es el resultado de una estrategia integral que combina tecnología, procesos y educación. Adoptar estas prácticas puede marcar la diferencia entre un incidente aislado y una crisis organizacional.

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