Con la identidad digital, el acceso remoto a certificados legales, servicios médicos y productos financieros pasaría de ser una tendencia a una realidad permanente para el grueso de la población.
Las entidades públicas y privadas tendrán mayor eficiencia en sus procesos de auditoria, controles de aforo y eficacia en la gestión de la información preexistente de sus clientes.
La llegada de la pandemia ha traído consigo un sinnúmero de retos para el país. En igual proporción, la lucha contra el virus y sus efectos socioeconómicos han dado lugar a soluciones disruptivas, en su mayoría con la tecnología como común denominador.
Con el distanciamiento social como regla básica y la necesidad de garantizar una continuidad de los negocios, empresas de todos los tamaños y sectores han migrado sus productos y servicios a ecosistemas 100% digitales. “Sin embargo, la digitalización de servicios es apenas la punta del iceberg. Lograr una interacción cotidiana, intuitiva y sostenible en un mundo digital nos obliga a conocer y reconocer a nuestros usuarios existentes y potenciales, y es justo allí donde la identidad digital jugará un rol fundamental en el mundo post-Covid” explica Santiago Aldana, CEO de SoyYo.
Con la apertura de nuevos servicios digitales también han aparecido nuevas preocupaciones. La seguridad, privacidad y tratamiento de los datos son los principales ítems que se consideran en la actualidad antes de acceder a cualquier producto o servicio de forma digital. En países con una madurez digital superior como Estados Unidos, según un estudio de Pew Research, el 79% de las personas manifiesta intranquilidad por la forma en que las empresas podrían utilizar sus datos personales. La preocupación es evidente, sin embargo, hoy en día existe una capa de infraestructura digital fundamental que puede aportar transparencia a las interacciones: la identidad digital.
En un mundo post-Covid, las interacciones y diligencias remotas serán parte de la nueva normalidad: desde pruebas de salud vinculantes para que una persona pueda ingresar a lugares físicos o abordar un avión, hasta certificados de educación y trabajo emitidos de forma electrónica, o incluso la firma de contratos inmobiliarios a distancia. Todo esto será posible a través de plataformas de gestión de Identidad Digital como la que ya desarrolla en Colombia SoyYo.
Se debe poner al usuario en el centro de todo
La identidad es la pertenencia más valiosa, y así mismo se debe considerar en el mundo online. En el ecosistema de identidad digital, las personas son el punto de partida y también de llegada, pues finalmente son ellas quienes deben decidir con qué empresa realizar un trámite digitalmente, y más importante aún, en qué proporción y para qué compartir sus datos personales. “El cifrado y la protección de la información del ciudadano debe ser el pilar transversal en todos los servicios de identidad digital. Blindar de confianza el proceso permitirá un incremento sostenido y de alto valor a la hora de realizar trámites en línea como la solicitud de un crédito hipotecario, la expedición de una licencia de conducción o una credencial de salud sin tener que salir de casa”, agrega Santiago Aldana.
En el contexto colombiano, el sector bancario es el más avanzado en el proceso de implementación de identidad digital: después de pasar por los sistemas de autenticación (doble token, biometría, entre otros) los usuarios a través de sus smarthpones o PC pueden consultar, transferir y realizar muchas más acciones con sus productos financieros. Ahora, es imperativo que otras industrias sean parte de este proceso evolutivo y con la adopción de una identidad digital, las personas podrán acceder a servicios más amplios de forma segura, fácil y rápida como sucede en Estonia. Algunos pasos también se están dando a nivel público. Dentro de la Política de Gobierno Digital se firmó el decreto 620 del 2020 que habilita el uso de métodos como la biometría facial, la firma electrónica y demás, como mecanismo de autenticación legal para facilitar procesos engorrosos con el Estado.
El conocimiento de la población y de su identidad digital marcarán la creación de nuevas y mejores políticas de desarrollo para países como Colombia. Si bien la discusión ya alcanza esferas como el Foro Davos 2021, lo cierto es que el llamado es a que los formuladores de políticas públicas avancen tan rápido como lo hace la tecnología en cada uno de los países.