Llevar un ritmo de vida acelerado puede influir en la salud mental y física de las personas. La estrategia para contrarrestar y disminuir el estrés producto de la misma, según los expertos, debe basarse en una buena nutrición y en la práctica regular del ejercicio.
El estrés fue denominado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la epidemia del siglo XXI. Debido a la inmediatez del mundo digital, las personas tienden a exigirse cada vez más, al punto de manejar cargas laborales altas que se convierten en los principales detonantes de este trastorno que afecta todos los ámbitos de la vida de quienes lo padecen.
Según la Asociación Americana de Psicología (APA), por sus siglas en inglés, existen tres tipos: estrés agudo, estrés agudo episódico y estrés crónico. Cada uno de ellos presenta diferentes características, duración y tratamientos. El primero se manifiesta como respuesta a presiones del pasado y futuro cercano, como por ejemplo, la pérdida de un contrato importante. El segundo, se presenta con mayor frecuencia y quienes lo padecen suelen ser algo desordenados o estar comprometidos en muchas actividades que les dificultan organizar su tiempo. Finalmente, el tercer tipo es el más peligroso de todos y se siente de manera permanente, llevando a la persona al agotamiento máximo.
En Colombia, como indica un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 1 de cada 5 trabajadores padece de estrés y fatiga. “Esto se manifiesta tanto a nivel psicológico como físico, generando emociones como depresión, ansiedad, irritabilidad, miedo, nerviosismo, confusión y fluctuaciones del estado de ánimo. Estas pueden afectar de manera diferente a cada persona y a sus hábitos alimenticios”, explica Clara Valderrama, Nutricionista y Dietista e Integrante del Consejo Consultor de Dietistas de Herbalife Nutrition Colombia.
Este estado de cansancio y conjunto de alteraciones tienen incidencia directa en la alimentación. De acuerdo con la especialista, las emociones descritas anteriormente pueden influir en el aumento del consumo de alimentos altos en grasa y azúcar o el exceso de bebidas alcohólicas lo cual, puede causar diferentes patologías como diabetes, dislipidemias, hipertensión y/o aumento de peso.
Del otro lado de la balanza, la falta de apetito también es efecto del estrés. Disminuir el tamaño de las porciones o el número de ingestas recomendadas, puede ocasionar deficiencias de nutrientes que afectan el correcto funcionamiento del organismo.
Frente a la estrecha relación que existe entre los hábitos de vida saludables y el manejo del estrés, la especialista de Herbalife Nutrition hace una serie de recomendaciones nutricionales que contribuyen a la disminución de los síntomas de este trastorno:
• Establecer un horario de comidas.
• Controlar el tamaño de las porciones.
• Incluir proteína en cada tiempo de comida procurando tener una sensación de saciedad y disminuir la ansiedad por comer alimentos poco saludables.
• Evitar los excesos de azúcares y bebidas estimulantes.
• Incluir 5 porciones de frutas y verduras al día, ya que estas aportan mayor cantidad de vitaminas, minerales y fibra necesarias.
• Evitar las bebidas alcohólicas.
Finalmente, respecto a la actividad física, la OMS determina que los adultos entre 18 y 64 años deben realizar dos veces por semana o más, actividades de fortalecimiento de los grandes grupos musculares. Esta recomendación apunta al cuidado de la salud ósea y a mitigar el riesgo de padecer depresión. Además, sugiere que esta población dedique como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica y de intensidad moderada. Todos estos aspectos integrados ayudan a disminuir los niveles de estrés y contribuyen al correcto funcionamiento del cuerpo.