Probablemente, los alumnos recordarán para siempre estas semanas en sus vidas, pero lo que más se quedará en su memoria serán las conversaciones que tuvieron durante el encierro. Recordarán a sus profesores por cómo lograron, o no, nutrirlos desde la distancia.
En Colombia se celebra el Día del Maestro o Profesor el 15 de mayo de cada año. La fecha es una oportunidad para reconocer el trabajo, entrega y sacrificio de una labor que año tras año ha formado las ideas de la sociedad. Por lo tanto, es probable que los maestros nunca hayan sido tan apreciados como lo son ahora. Frente a la actual pandemia, hemos sido testigos de cómo se han visto obligados a repensar su trabajo e interacción con los estudiantes; y cómo los hogares se han convertido en espacios para facilitar el aprendizaje virtual de cientos de niños y adolescentes.
Bibiana Garavito, Directora de la Sección Preescolar del Colegio Nueva York, manifiesta que los docentes han tenido que buscar formas innovadoras para involucrar a todos sus estudiantes. “Esta transformación no solo vino acompañada del desarrollo de habilidades tecnológicas, sino también llegó a pausar ese instrumento fundamental para toda educadora infantil, nuestro propio cuerpo, pasando de llevar jornadas muy activas de movimiento y comunicar a través del lenguaje no verbal, a estar durante toda una jornada sentadas frente a un computador.” Agrega Garavito.
Como parte de este inesperado proceso, el cual incluye llevar el preescolar hasta cada hogar, Bibiana Garavito narra desde su experiencia las acciones que han sido necesarias implementar, especialmente cuando se enseña en preescolar, es decir a los más pequeños del hogar:
1. Ajustar el currículo, organizando horarios que les permitieran avanzar en el desarrollo de habilidades propias de la edad, dando la intensidad que requiere la apropiación de herramientas comunicativas propias de la lengua materna y demás dimensiones del desarrollo sin olvidar su necesidad profunda de movimiento.
2. Involucrar a las familias como principales aliados para el desarrollo de los planes de estudio, los cuales están diseñados para mantener activos los sentidos y los dispositivos de aprendizaje para dar continuidad al proceso en casa.
3. Equilibrar los tiempos de permanencia frente a una pantalla teniendo en cuenta el impacto de exceder el máximo recomendado por día para niños en edad preescolar, planteando momentos de aprendizaje sincrónico y asincrónico.
4. Revisar las características de cada una de estas modalidades, pues el plan asincrónico exige que la introducción a este espacio sea tan clara que quien acompañe al niño perciba la esencia de ese nuevo concepto. De esta forma, los estudiantes más pequeños acceden a la experiencia y se sienten tan atraídos y motivados por ella, que se producen aprendizajes significativos.
Por otro lado, los encuentros sincrónicos deben conservar la “magia» que representa mantener conectados a todos los estudiantes con el docente y con los conceptos.
5. Reforzar hábitos ya adquiridos y desarrollar habilidades de autoayuda para ir creciendo en independencia. Esto se ha logrado a través de retos como: aprender a amarrarse los zapatos, colocar la mesa, clasificar la ropa por colores y un sinnúmero de oportunidades que nos da el estar en casa para fortalecer este objetivo. Este espacio también ha sido utilizado para generar la expectativa en los pequeños al punto de preguntar a sus padres desde la noche anterior “¿Qué me toca mañana? ¿Tengo peinado loco, disfraz, juguete favorito o spa?»
6. Conservar nuestros espacios diarios de «Morning Meeting” para mantener el vínculo no solo con su docente sino con sus pares quienes son imprescindibles dentro de su proceso de desarrollo, siendo este encuentro la oportunidad para escucharlos y deleitarnos con la esencia que los hace únicos. “Aquí tengo que confesar que nuestro primer encuentro en línea, fue emotivo hasta las lágrimas”. agrega Bibiana Garavito.
Finalmente, la especialista del Colegio Nueva York indica que “con preparación y paciencia, este tipo de actividades y acciones han permitido superar la nueva realidad a la que nos enfrentamos; y ha demostrado que todo es posible con un equipo docente profesional, recursivo, creativo y carismático a quienes la pasión por lo que hacen deja en evidencia su vocación por la docencia”.
Los estudiantes recordarán para siempre estos meses en sus vidas, pero lo que más se quedará en su memoria serán las conversaciones que tuvieron durante el encierro. De qué manera sus familias afrontaron el desafío. Lo valiosa que es la conexión humana. Qué tanto de sus vidas anteriores cambiaron. Recordarán a sus profesores por cómo lograron, o no, nutrirlos desde la distancia.