¿La inteligencia artificial desafía la creatividad humana? ?Eleva el valor de las obras en el mercado del arte?

La fusión del poder analítico de la tecnología con la imaginación y la sensibilidad humana está abriendo posibilidades inimaginables hasta ahora, en el ámbito de la pintura, la escultura o la música.

A pesar del dilema ético que plantea el impacto de la IA en la creación artística, la cotización de las obras generadas por ordenador no para de subir en el mercado.

La Inteligencia Artificial está revolucionando el arte de forma más profunda que cuando nació el arte digital hace más de medio siglo. Los expertos aseguran que el potencial de los algoritmos, a la hora de generar obras únicas e innovadoras, es infinito.

“El arte tecnológico lleva mucho tiempo entre nosotros. Desde las primeras creaciones Fluxus, los artistas vienen utilizando herramientas informáticas para expresar conceptos complejos, así que, desde ese punto de vista, la Inteligencia Artificial no hace más que abundar en ese proceso”, según explica Ximo Lizana, profesor de Neuromarketing de la Universidad Europea y ex director artístico de ARCO, quien no elude el debate ético en torno a la autoría de la obra de arte: “La automatización puede llevar a que el verdadero autor sea el programador que generó la Inteligencia Artificial, por eso es tan importante conocer el prompt si se quiere valorar el nivel de implicación del artista en el proceso creativo”.

No obstante, el profesor Lizana aclara que “los motores de Inteligencia Artificial pueden crear procesos random o aleatorios supeditados siempre a un algoritmo, de manera que su papel, hoy por hoy, no es reemplazar a los artistas sino potenciar su creatividad. El motivo es que no se puede atribuir a la IA generativa una conciencia de sí misma como para crear arte; puede ser una ejecutora de procesos, una compiladora de recursos o una simuladora de estilos, pero conviene recordar que necesita beber de fuentes y aprendizajes que los humanos han depositado previamente en la Red”.

En cuanto a la cotización de las obras en el mercado, el profesor advierte que “nunca se debe confundir el valor económico con el valor artístico”. Y pone como ejemplo los precios elevados que están alcanzado muchas creaciones generadas por ordenador, aludiendo a los trabajos del surcoreano Nam June Paik o las performances de Stelarc.

Con relación a los casos en los que artistas y cantantes como, Bad Bunny, han expresado indignación al ver cómo algunas canciones creadas por IA tiene un éxito significativo, Lizana afirmó “no se puede perder la perspectiva de que estamos ante una herramienta, y las herramientas están para utilizarlas”. De hecho, no se puede negar que la IA ha marcado un hito significativo, pero su función debe entenderse como un complemento y no como un reemplazo de las habilidades humanas.

En este sentido, el director del Creative Campus de la Universidad Europea, Luis Calandre, apunta también que a nivel formativo existen “programas como los impartidos en el Creative Campus que ya incorporan distintas herramientas de Inteligencia Artificial Generativa que sirven de complemento y aceleración de las propuestas creativas de sus estudiantes. Programas como Resleeve en Diseño de Moda o RoomGPT en Diseño de Interiores se unen al resto de herramientas digitales que los diseñadores deben conocer y utilizar, pero que no sustituyen al resto de conocimientos y competencias que deben adquirir para poder desarrollar sus capacidades creativas”.