Exponerse a sonidos superiores a los 120 decibeles puede terminar en un daño irreparable que desemboque en pérdida auditiva. Conozca por qué en estos tiempos de confinamiento debe estar más atento por la fuerte exposición de aparatos tecnológicos.
Después de cuatro meses de confinamiento y el hecho de que muchos hogares estén en modo teletrabajo, se ha disparado el uso de parlantes de computadores, se incremente el uso de teléfonos móviles y por ende, de audífonos, cuyas ventas se han disparado en más de 200% durante la cuarentena, según tiendas de comercio electrónico como Mercado Libre.
¡Pero cuidado! La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que si una persona se expone a sonidos superiores a los 120 decibeles, puede generar daño auditivo en segundos. Además, si el oído recibe sonidos superiores a los 85 decibeles durante ocho horas o más, también genera un daño auditivo, que puede resultar irreversible. Adicional a esto, la intensidad de salida de un aparato electrónico puede oscilar entre los 75dB y los 136dB.
Y en medio del confinamiento en medio de la pandemia, es urgente aprender a evitar el uso irregular de estos dispositivos para evitar la hipoacusia o pérdida auditiva. Estas son las recomendaciones de Jonathan Bareño, fonoaudiólogo de MED-EL.
1. Hay que tener una conciencia de autocuidado auditivo. Evitar que tantos ‘nuevos ruidos’ fuertes nos causen estrés: por ejemplo, hoy que se impone el uso de audífonos para nuestras sesiones virtuales, oir música o buscar opciones de entretenimiento en casa con consolas de juegos, por ejemplo, tener en cuenta no abusar en términos de los decibeles indicados por la OMS.
2. Limitar el uso en el tiempo de los audífonos y estar atentos del volumen. Si el volumen del audífono o dispositivo está en la mitad, se habla de una salida acústica hasta de 70 decibeles. Si lo seguimos subiendo hasta llegar al 100% del dispositivo como la Tablet o el celular, estaríamos llegando hasta los 130 decibeles, dependiendo del aparato. Si usamos audífonos a más de 80 decibeles, no es recomendable utilizarlos por más de ocho horas. Al llegar a 90 dB, no hay que usarlos por más de horas y si supera los 130 decibeles, utilizarlos por 30 minutos máximo al día para evitar fatiga auditiva.
3. No utilizar objetos para la limpieza de los oídos. Para remover cualquier objeto extraño dentro del canal auditivo olvídese de los hisopos, un lápiz o una llave porque puede dañar la membrana del tímpano o contraer alguna infección.
4. No automedicarnos. Si hay alguna molestia en el oído es mejor pedir una cita virtual o recurrir a la telemedicina para tener un diagnóstico. Hay medicamentos que generan ototoxicidad, es decir, un daño o intoxicación en la cóclea. Ejemplos: antibióticos, antibióticos estreptomicina, tobramicina, gentamicina, neomicina y vancomicina, ciertos fármacos quimioterápicos (por ejemplo, el cisplatino), la furosemida y la aspirina (ácido acetilsalicílico en exceso).