Nutrición: un reto para la infancia y la adolescencia

No es cuestión de alimentación es cuestión de pensar bien.

Por lo general los problemas de nutrición empiezan desde los primeros años de vida. Para lograr una conducta alimenticia adecuada lo mejor es entregar valores desde la infancia, a través de la educación y el ejemplo, con el fin de que estos niños se conviertan en adultos conscientes capaces de cuidar su salud y logren una vida más sana al prevenir enfermedades.

¿Qué es nutrición?

«Para entender la importancia, primero habría que entender qué es nutrición, porque no basta con comer; una cosa es hablar de alimentarse y otra cosa es hablar de nutrirse. La nutrición es la administración adecuada de las sustancias (nutrientes) que el cuerpo requiere para su correcto funcionamiento, en el momento oportuno y en las proporciones correctas para sus necesidades. Alimentarse es la acción de comer cualquier alimento sea o no lo que el cuerpo necesita. Es por eso que mucha gente puede comer grandes cantidades de alimentos, pero no estar bien nutrida.” Según el Director Científico y Médico de LABFARVE y Profesor Titular e Investigador de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, Óscar López.

Problemas con la comida

Los problemas nutricionales y alimenticios son diversos y sus causales numerosas. Para poder manejar los problemas alimenticios es importante conocer la causa y ésta puede ir desde los problemas personales, los temas de salud y las costumbres adquiridas desde la infancia, por ejemplo. En los primeros años  es muy importante, no sólo tener una guía nutricional adecuada, sino manejar el tema desde lo cognitivo y lo conductual y para esto es fundamental que los padres o cuidadores conozcan valores nutricionales positivos para que los transmitan a sus hijos.

Los niños sólo aprenden de lo que encuentran en su entorno. El problema es que muchos padres atribuyen los problemas nutricionales de sus hijos a la sociedad, pero la verdad es que es en el hogar en donde se forjan los buenos y lo malos hábitos de una persona. Muchas veces estos se heredan de generación en generación y serán determinantes para que las sociedades futuras posean conductas alimenticias correctas o incorrectas. Mientras más edad tiene un individuo, más difícil es cambiar sus hábitos nutricionales. Explica el Director Científico y Médico de LABFARVE y Profesor Titular e Investigador de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, Óscar López.

La forma más simple de evitar que los niños tengan problemas alimenticios es educarles desde la conciencia y la lógica; deben conocer sobre alimentación, sobre las características que poseen los diversos alimentos y cómo influyen en su realidad y en su bienestar. Obviamente, es determinante ser cónsonos con esta enseñanza y dar el ejemplo, porque esto permitirá que en un futuro estos niños puedan tener unos valores fortalecidos y logren cuidarse adecuadamente.

La alimentación en los niños

En el caso de los niños existe la tendencia a darles muchas vitaminas, de hecho, muchas madres buscan a los médicos para que les formulen vitaminas porque quieren abrirles el apetito. Hay mamás que creen que los niños van a pensar mejor y a ser más activos si consumen vitaminas en exceso; se cree que las vitaminas son los solucionadores de problemas, pero lo más importantes es la nutrición.

Todos los alimentos tienen vitaminas, minerales, azúcares, proteínas y grasas. Tal vez lo más importante es conseguir una alimentación balanceada que involucre todos los alimentos, en una proporción adecuada, y que tenga en cuenta la realidad y las necesidades de cada individuo.

¿Se justifica el uso de estimulantes del apetito en los niños?

Siempre que se establece un problema de apetito se hace fundamental analizar la causa, pues ésta puede ir desde los problemas emocionales hasta los inconvenientes físicos y no siempre será necesario el uso de productos que se promueven como estimulantes del apetito.

Algo que es elemental y que nos hace retomar el tema de los hábitos alimenticios, es que muchas veces los niños hacen cosas que, sin darse cuenta, alteran su apetito; como consumir golosinas en momentos cercanos a las comidas, pues esto produce cambios en su organismo que se manifiestan, entre otras cosas, con sensación de saciedad y pérdida del apetito. Los hábitos alimenticios son valores y son tan importantes que determinan en el desarrollo, la calidad y la cantidad de vida de los individuos. Concluyó López.